«Ésta es la tierra de Jesús, el Ungido, quien anunció buenas nuevas a los pobres, dio vista a los ciegos y libertó a los oprimidos».
Israel, la tierra de los patriarcas y los profetas, la tierra de los apóstoles y la tierra de Jesús, de acuerdo con los relatos bíblicos, está localizada en el Medio Oriente, en la frontera con el mar Mediterráneo, entre Egipto y Líbano. Este pequeño territorio yace en la intersección de tres continentes: Europa, Asia y África.
Aquí en la confluencia de estos continentes, Israel históricamente invalorable, se levanta majestuosa y llena de misterio.
En mi reciente jornada hacia Israel, al transitar por la capital, la antigua ciudad de Jerusalén, el paisaje
más predominante es el Domo de la Roca, tal como muchos lo han destacado, y que justamente se asienta sobre el mismísimo lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a Isaac, en el Monte Moriah. Más tarde, esta porción de tierra fue comprada por el Rey David con el fin de construir el Templo, el cual fue levantado en el reinado de su hijo Salomón. ¡Éste fue el primer glorioso Templo!
Este primer templo fue destruido por los babilonios y 70 años después de la cautividad de los judíos, ellos regresaron y lo reconstruyeron. El Rey Herodes fue quien renovó el templo con el soporte de 1000 Levitas quienes fueron entrenados como constructores, porque ninguna persona seglar podía entrar a ciertas partes de la edificación.
Hoy, sin duda, la explanada del Templo es el símbolo de la “libertad religiosa” en Israel, debido a que ésta ha sido utilizada por judíos, cristianos y musulmanes.
De hecho, el 75% de su población es Judía, entre ella encontramos judíos seculares, ortodoxos modernos, ultra ortodoxos y reformados o mesiánicos. Por otro lado, el 17.5% son Musulmanes, 2% Cristianos, 1.6% Drusos, y
otros grupos 3.9% (CIA, 2013). Esto es muy evidente, en tanto uno camina por las calles de Jerusalén, Haifa, Nazaret y muchas otras poblaciones, e interactúa con gente cuyo trasfondo cultural y religioso es tan diverso.
Pero la diversidad de Israel no sólo está presente en los
aspectos religiosos y culturales de su población, sino también en su geografía. Aunque pequeña en extensión, Israel está rodeada por diversos panoramas topográficos, que van desde las montañas boscosas hasta los paisajes desérticos y desde las planicies costeras hacia el Valle del Jordán y el Mar Muerto, el punto más bajo de la Tierra.
Sí, ésta es la espléndida Tierra Prometida, la tierra de leche y miel que Dios prometió a Abraham y a sus descendientes. La Tierra a donde Moisés y Josué lideraron a los Israelitas en el éxodo desde Egipto.
Además, esta tierra abraza escenarios tales como Masada, ubicada sobre el mar Muerto; una de las fortalezas construidas por Herodes El Grande, y refugio para los Judíos que escaparon de las legiones Romanas después de la destrucción de Jerusalén.
También Qumrán, en la orilla occidental del mar Muerto, es
un lugar muy bien conocido por el impresionante hallazgo bíblico arqueológico en 1947, el descubrimiento de los rollos y manuscritos, un extraordinario legado para el mundo cristiano.
Y por supuesto, Israel es también bien conocido por aquellos lugares donde Jesús, el Mesías nació, creció, enseñó y proclamó el “Reino de Dios”. La belleza y tranquilidad del mar de Galilea y sus alrededores, verdaderamente, traen a nuestras mentes la dulzura y hermosura de las poderosas y eternas enseñanzas de Jesús,

El Sendero del Evangelio o el Sendero de Jesús comienza al sur de las afueras de Nazaret, en el Monte de la Precipitación hasta Cafarnaum, a orillas del mar de Galilea donde comenzó el ministerio de Jesús
tales como el “sermón del monte”. Ésta es la tierra de Jesús, el Ungido quien anunció buenas nuevas a los pobres, dio vista a los ciegos y libertó a los oprimidos. Jesús es el hijo de Dios quien fue enviado a morir en la cruz para darnos vida eterna.
Cuando uno lee la profecía de Isaías 53, no se puede resistir sino simplemente reconocer que esta palabra se ha cumplido en la vida de nuestro Señor Jesús, tal como está registrada en el relato de los Evangelios (Mateo 27, Marcos 15, Lucas 23, Juan 19).
“Ciertamente Él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores,
pero nosotros lo consideramos herido,
golpeado por Dios, y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre Él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas;
cada uno seguía su propio camino,
pero el SEÑOR hizo recaer sobre Él
la iniquidad de todos nosotros.”
(Isaías 53:4-6)
¿No es asombroso? Esta Tierra es en verdad Tierra Santa, pero tristemente, es también un territorio dividido, que ha estado en permanente conflicto, con ceguera espiritual desde que su gente no ha reconocido al Mesías, al Salvador del mundo.
Israel y particularmente Jerusalén, su capital ha sido sinónimo de conflictos y guerras a través de la historia, incluso desde tiempos bíblicos.
Un territorio controversial a la vista del mundo, pero con certeza la Tierra escogida en la mirada de Dios.
En verdad, Dios ha tenido puesta la mirada en Israel, y Sus profetas han predicho acerca de su restauración. Jeremías declaró que Dios restaurará a los Israelitas desde todas las naciones; Ezequiel dijo que Israel vendría a conocer al Señor; e Isaías, que Israel sería luz para las naciones, y que judíos y gentiles vendrían a morar juntos en paz en el Mesías.
Sí, Dios ha puesto sus ojos en Israel, e igualmente así nosotros debemos hacerlo…Comprometámonos entonces a orar por la restauración y salvación de Israel, hagamos nuestra aquella promesa hecha por
David:
“Oren por la paz de Jerusalén;
que todos los que aman a esta ciudad prosperen”. (Salmo 122:6 NTV)
Para concluir, este año 2015, esta nación está celebrando el 67 aniversario de su establecimiento como Estado de Israel. Así que permítanme invitarles a mirar un muy interesante film que encontré, acerca de esta tierra, producido por la National Geographic. Es así como Israel es visto por el mundo. Disfrútenlo y saquen sus propias conclusiones.
(Ofrezco disculpas en tanto este film se encuentra disponible únicamente en inglés, pero vale la pena mirarlo por lo impresionante de sus imágenes y en sí por la calidad cinematográfica y contenido).
Shalom! ¡La paz sea con usted!
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