«El hacer a Dios igual que al universo, es simplemente hablar de Panteísmo…»
Gerald Nyenhuis
En función de los artículos previamente compartidos en este Blog y establecido entonces que el Dios Trino es el Dios Creador del universo tal como lo expone la Biblia; conozcamos ahora a profundidad Su carácter, carácter que por cierto se revela desde la creación misma del universo.
De hecho, el universo en sí habla, como ya lo hemos analizado anteriormente (favor referirse a los artículos previos) de la existencia de un ser inteligente detrás de él. Como lo expresa Francis A. Schaeffer, el universo expone abiertamente lo que Dios es; y no sólo eso, sino que lo hace en cuatro áreas.[1]
Las cuatro áreas que Schaeffer menciona desde la perspectiva del universo son: (1) El universo habla de la existencia del Ser. El universo está ahí, la existencia está ahí, Dios está ahí. (2) El universo tiene orden. No es un caos. Esto se evidencia en Génesis 1, en tanto relata que Dios hizo todas las cosas para producir según su propia especie. Nada es caótico o fortuito. (3) El universo habla del carácter de Dios. Igualmente, y como se describe en Génesis 1, todo lo que Dios hizo es bueno. Por lo tanto, Dios es bueno. (4) El universo habla de Dios como persona. En Génesis 1:27, Dios crea al ser humano a su propia imagen. Aquí se evidencia que el Dios Trino que se comunica y que ama, ha creado al ser humano, quien refleja Su personalidad, Su comunicación y Su amor.[2]
Así y para adentrarnos propiamente en el estudio de los atributos del carácter de Dios, hay que anotar que los eruditos los han clasificado en dos grandes grupos: los comunicables y los incomunicables.
Esta clasificación, permite denotar que Dios es inmanente y trascendente. Como ya se ha explicado anteriormente (por favor, referirse a artículos previos), esto quiere decir que Dios está presente y activo en su creación (inmanente); y, por otro lado, Dios es superior e independiente de su creación (trascendente).
El hacer a Dios igual que al universo, es simplemente hablar de Panteísmo, enfatiza Gerald Nyenhuis. Y, además, asevera que a través de un atributo se nos revela la naturaleza de Dios. Un atributo de Dios es todo lo que Dios ha revelado en Su Palabra como característica verdadera de Él. También puntualiza que los atributos incomunicables hablan de la trascendencia de Dios; y en cambio, los comunicables de Su inmanencia.[3]
Por su parte, el Dr. Miguel Núñez señala que, en el estudio de la teología propia, respecto del estudio del Dios Trino es importante conocer que los atributos incomunicables son aquellos que le pertenecen únicamente a Dios.[4] Y, por otro lado, los atributos comunicables son aquellos que Dios de alguna manera los va a formar en nosotros, los seres humanos.[5]
Y como bien lo expresa, Millard J. Erickson, cuando hablamos de atributos nos referimos propiamente a las cualidades de Dios, que constituyen lo que Él es. Los atributos son cualidades permanentes e intrínsecas, las cuales no pueden ser perdidas o ganadas. Son dimensiones inherentes y esenciales de su propia naturaleza, enfatiza.[6]
Con esto en mente, analizaremos paso a paso cada uno de los atributos, tanto comunicables como incomunicables. En este artículo nos enfocaremos primeramente en los “incomunicables”.
Como lo dice Nyenhuis, estos atributos son aquellos que resaltan la trascendente grandeza y la absoluta diferenciación de Dios.[7]
Y aunque no todos los teólogos ni los eruditos coinciden si se quiere en el número de atributos; para este estudio vamos a tomar como referencia principal el análisis de Gerald Nyenjuis, así hablaremos de cuatro atributos incomunicables.
Cuando se habla de la “independencia de Dios”, se habla simplemente de que Dios existe por la necesidad de su propio ser y que para su existencia Él no depende de ninguna cosa externa.[8]
La “aseidad”, del vocablo latín aseiti que significa “de uno mismo”, es otro término con el cual también se le conoce a este atributo, y que simple y llanamente quiere decir que Dios es independiente, autoexistente y que no tiene necesidades de ningún tipo, afirma el Dr. Miguel Núñez.[9]
Para el efecto, es importante compartir dos citas bíblicas que respaldan lo dicho, en cuanto, a que Dios tiene vida en sí mismo; y, por otro lado, que Él no es servido por manos humanas, es decir que no tiene necesidades, ni depende de nada, ni de nadie; todo lo contrario, toda Su creación es quien depende de Él.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo…” (Juan 5:26a)
“ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”. (Hechos 17:25)
La verdad de este atributo se evidencia en algunos pasajes bíblicos; para el caso, nos referiremos al Salmo 102, así:
“Pero tú eres el mismo,
Y tus años no se acabarán”. (Salmo 102:27)
Del mismo modo, referencias similares en cuanto a la inmutabilidad de Dios, se encuentran en Malaquías 3:6; Salmos 33:11; Santiago 1:17 y Hebreos 13:8.
Así como Dios es independiente, así en el mismo grado, Dios es inmutable, analiza Nyenhuis. Si dependiera de alguna cosa creada por seguro estaría sujeto al cambio.[10]
Esta “constancia divina” como la llama Erickson, involucra un par de aspectos: (1) No hay cambios cuantitativos. No puede crecer, porque Él es ya la perfección. No puede decrecer, porque si lo hiciera, dejaría de ser Dios. (2) No hay cambios cualitativos. Su naturaleza no se somete a modificaciones. Dios no cambia su mente, ni planes, ni acciones, ocurra lo que ocurra.[11]
La infinidad o infinitud de Dios, según Mark Jones, significa que no hay límite para las perfecciones de Dios. Éste califica a los demás atributos y los califica como intensa y cualitativamente infinitos. La infinidad de Dios es el más alto sentido de perfección.[12]
De hecho, según Nyenhuis, este atributo muestra varios aspectos, así: (1) Absoluta perfección, como ya lo hemos dicho, califica a los demás atributos. Dios es infinito en su conocimiento, bondad, justicia, poder, en todo lo que Él es. (2) Su eternidad, es decir, en relación con tiempo. Dios trasciende el tiempo y posee la totalidad de lo que llamamos tiempo o historia. Dios no está limitado por las categorías de pasado, presente o futuro. (3) Su inmensidad, esto en cuanto a su relación con el espacio. Un aspecto importante con Su eternidad es Su omnipresencia. Es decir, Dios está presente en todo lugar y todo espacio; pero, no significa que esté repartido, sino que está totalmente presente en todo lugar. Así lo declara Su Palabra, en el Salmo 139:7-10.[13]
Dios es absoluto, lo que significa que no hay distinciones dentro de Su ser.[14]
La simplicidad de Dios o unidad como también se la conoce, significa que Dios no está dividido en partes. Lo que Dios es, dice Miguel Núñez, lo es todo el tiempo y en todo Su ser. Y brinda un interesante ejemplo:
“Dios no está dividido en partes, como si fuese 10% amor, 10% poder, 10% fidelidad, etc. En cambio, Dios es 100% amor, 100% infinito, 100% fiel, 100% justo, etc. Sus atributos están distribuidos a lo largo de todo Su ser”. (Núñez, ¿Qué son los atributos incomunicables de Dios? 2018)
Dice Nyenhuis, algunos teólogos emplean la expresión de la “unidad de Dios”, es decir que Dios no puede ser repartido entre muchos seres, o de otro modo, no es posible que varios seres compartan Su naturaleza. Y cita un buen ejemplo de este concepto a través de Deuteronomio[15]:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. (Deuteronomio 6:4)
En otras palabras, resalta Nyenhuis, la simplicidad de Dios implica singularidad.
Próximamente – “Los atributos comunicables”.
[1] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 244.
[2] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 244.
[3] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 70, 71, 91.
[4] Miguel Núñez, “Los atributos comunicables de Dios,” Coalición por el Evangelio, https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/los-atributos-comunicables-dios/
[5] Miguel Núñez, “¿Qué son los atributos incomunicables de Dios?” Coalición por el Evangelio, https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/los-atributos-incomunicables-dios/
[6] Millard J. Erickson, Christian Theology (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2003), 291-292.
[7] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 91.
[8] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 91.
[9] Miguel Núñez, “¿Qué son los atributos incomunicables de Dios?” Coalición por el Evangelio, https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/los-atributos-incomunicables-dios/
[10] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 91.
[11] Millard J. Erickson, Christian Theology (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2003), 304.
[12] Mark Jones, “10 Things You should Know about God´s Attributes,” Crossway, https://www.crossway.org/articles/10-things-you-should-know-about-gods-attributes/
[13] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 92.
[14] Mark Jones, “10 Things You should Know about God´s Attributes,” Crossway, https://www.crossway.org/articles/10-things-you-should-know-about-gods-attributes/
[15] Gerald Nyenhuis and Dr. R.C. Sproul, El Dios que adoramos (Miami, FL: Logoi, Inc., 1990), 93.
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