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¡El mundo al revés!

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Vivimos en un mundo cada vez más convulsionado, un mundo al revés; y si usted y yo no cambiamos nuestra manera de vivir, veremos su ruina, nuestra ruina.

Parecería que actualmente vivimos “al revés”, algunos comentan. Y es que la sociedad de hoy “tomó un rumbo diferente”, puntualizan otros. Y su postura está algo así como “patas arriba”, dirían algunos más.

Lo cierto es que si comparamos nuestro mundo con décadas  y siglos atrás, notaríamos una gran, gran diferencia. Y para tan solo tomar un ejemplo, un ejemplo positivo desde luego, la más evidente quizá es la tecnología. ¿Quién hubiese pensado qué hubiésemos pasado de las tremendas computadoras de antaño que ocupaban grandes espacios físicos a las tablets o incluso a los teléfonos inteligentes de bolsillo? O ¿Quién se hubiese imaginado cruzar cielos y mares a velocidades asombrosas…anochecer en América y amanecer en Europa?

Es insólito cómo el mundo ha cambiado, ha evolucionado. Casi no habrá contradicción, si decimos que el mundo ha cambiado para bien, si lo vemos desde la perspectiva de crecimiento y desarrollo, como el ejemplo arriba mencionado.

Pero, ¿realmente el mundo ha evolucionado? Y bien aquí juega un papel muy importante el ser humano. Definitivamente el mundo ha requerido de grandes cerebros humanos para provocar este crecimiento y desarrollo en muchas áreas tales como la educación, la tecnología, la medicina, la industria en general.

Sin embargo, el ser humano aunque ha trabajado arduamente para promover desarrollo y progreso en diversas áreas como las arriba citadas; lamentablemente ha descuidado lo concerniente a su corazón y consecuentemente a los valores que rigen la vida misma del ser humano.

Tan solo hace falta encender los noticieros, para darnos cuenta que el mundo está al revés. Y su menú es amplio:  asesinatos, secuestros, robos a mano armada, narcotráfico. Y desde luego, en una conversación de barrio o en un té de amigas, surgen también “noticias” como:  ¿sabías que fulanos se divorciaron? O ¿te enteraste que fulana se fue de su casa para vivir con su novio? O quizá, ¿supiste cuántos asistieron al desfile del “Orgullo Gay”?

¡La lista es verdaderamente interminable! Pero no solo interminable, sino que hasta cierto punto se ha vuelto “normal” y algunos calificarían muchas de estas acciones incluso como “buenas”.  Y claramente afirmarían: “Y es que si el matrimonio no funciona, es mejor que se termine”. De hecho “es mejor irse a vivir juntos para probar si la pareja es compatible o no”. Y desde luego, “si un hombre se siente atrapado en el cuerpo de una mujer” es hora de “salir del closet”. Ah! “Si se puede sacar tajada en este negocio, no hay que ser tonto”. Por lo tanto, todo lo expuesto y más es visto como “bueno” en el mundo de hoy.

Es normal que las parejas vivan sin casarse; es muy mal visto que se opine en contra de los gays, lesbianas y transexuales, por nombrar algunos;  es muy bien visto y aceptado el actuar “diplomáticamente”, es decir “sonreír por delante, apuñalar por detrás”, y es el pan de todos los días, presenciar “corrupción” en distintos niveles de la sociedad, sin que nadie se altere ni se abochorne, porque es “mejor guardar la prudencia, que denunciarlo”.

Y usted ¿qué opina al respecto? ¿Considera que “nuestro mundo está al revés”? O quizá ¿hemos exagerado un poco en este artículo? Le invito a escribir sus comentarios.

Mientras tanto, permítame dejarle con una palabra de sabiduría extraída de la Biblia, la Palabra de Dios, nuestro Creador:

“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz”. (Isaías 5:20)

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Vivimos en un mundo cada vez más convulsionado, un mundo al revés; y si usted y yo no cambiamos nuestra manera de vivir, veremos su ruina, nuestra ruina. Si usted y yo no nos volvemos a nuestro manual de vida que el Creador nos dejó – Su Palabra – la Biblia, este mundo continuará al revés y cada día veremos su destrucción paulatina. En otras palabras, veremos poco a poco nuestra ruina.

¡Guarde su corazón!

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo…”(Lucas 6:45)

 

¡El milagro más grande del mundo!

 

Milagro: «Hecho no explicable por las leyes naturales…»

 

¿Ha experimentado usted un milagro en su vida? Con certeza algunos de nuestros lectores responderán afirmativamente con toda convicción. Otros probablemente duden si acaso lo habrán experimentado o no; y otros con seguridad dirán ¡pues…no!

Pero bien,  ¿qué es un milagro?, y para explicarlo tomaremos la definición del diccionario de la Real Academia Española: “Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”.

Con esta clara definición, la verdad es que todos los seres humanos creo que podríamos responder afirmativamente, si nos detenemos por un momento y pensamos en nosotros, en nuestro nacimiento y en realidad analizamos desde el momento cuando fuimos concebidos. Aquella extraordinaria formación de cada uno de nosotros en el vientre de nuestra madre y nuestra llegada a este mundo, es ya, un maravilloso milagro. Pensar en la formación de cada criatura en el vientre materno, nos llena de mucha ternura, pero a la vez de un magnificente asombro – La concepción es la partida para el inicio de la vida y luego una jornada de 9 meses de formación y crecimiento previo al gran día del nacimiento de un pequeño niño o una pequeña niña – ¡es verdaderamente un tierno y a la vez grandioso milagro! Y sí “milagro” porque va más allá de la tierna criatura que podemos cargar en nuestros brazos. Esa pequeña criatura tiene un espíritu que la conecta con Su Creador, un alma que a lo largo de su vida reflejará su carácter y un cuerpo físico a través del cual se conectará en su entorno.

No obstante, extraordinario como es el milagro de la vida; definitivamente existe un milagro aun más  maravilloso. Sucedió un día, pero su impacto es eterno. De hecho, este milagro también está relacionado con la vida; pero más bien, con el “Autor de la vida” – Jesucristo.

Hace un par de días el mundo cristiano celebró con gran regocijo el “Domingo de Resurrección”. Pero este evento extraordinario representa más que un día de celebración. Sucedió hace poco más de 2000 años. Sin embargo, historiadores, antropólogos, científicos y el común de los seres humanos siguen hablando, analizando, debatiendo o simplemente aceptando en fe este extraordinario acontecimiento.  

Jesús, el Hijo de Dios, fue condenado “humanamente” a muerte y muerte de cruz; sin embargo, Su muerte fue parte del plan divino. De hecho, Jesús mismo dijo:  “Nadie puede quitarme la vida sino que yo la entrego voluntariamente en sacrificio. Pues tengo la autoridad para entregarla cuando quiera y también para volver a tomarla. Esto es lo que ordenó mi Padre” (Juan 10:18).

Y es que el propósito fundamental de Jesús en esta tierra, fue entregar Su vida en sacrificio perfecto para el perdón de pecados de la humanidad. Las Escrituras dicen que “No hay justo ni aun uno” (Romanos 3:10 – RV60); y que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23 – RV60).  Por lo tanto, toda la humanidad estábamos condenados a morir por causa del pecado. Sin embargo, el infinito amor de Dios, el Creador, abrió camino para nuestra salvación. Y ese camino fue Jesús. “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”, dice Jesús (Juan 14:6 RV60).

Como seres humanos estamos completamente perdidos en nuestros pecados. Sólo en Cristo y a través de Cristo, si aceptamos en fe Su sacrificio perfecto en la Cruz, es lo único que nos salva de la maldad de nuestro corazón. Porque quién de nosotros podría decir…“estoy libre de pecado” – nadie, absolutamente nadie.

No obstante, la obra de la cruz estaría incompleta, si Cristo no hubiese resucitado. El Apóstol Pablo nos dice en 1 Corintios 15:17 – NTV “ y si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados”.

En la Cruz, Cristo cargó con la maldad del mundo, cargó con nuestra culpa;  el Siervo puso Su vida en lugar de la nuestra. El Justo murió por los injustos. Sin embargo, Cristo  – el Autor de la vida, al tercer día se levantó de la tumba triunfante y victorioso. En la resurrección, Cristo venció a la muerte, demostrando entonces Su Deidad, Su poder y Su gloria.

¿Asombrado con el milagro de la vida, con su vida? Pues confío que esté aun más asombrado con el milagro de la resurrección de Cristo. Él no está más en una cruz, Su tumba está vacía, Él está vivo y Jesús tiene el poder de traerlo a usted de muerte a vida, de las tinieblas de este mundo lleno de pecado, a una vida plena, llena de Su luz admirable, una vida llena de esperanza, una vida transformada llena de la presencia misma del Dador de la Vida – Cristo Jesús, quien anhela guiarle y sostenerle con profundo amor, paso a paso, minuto a minuto; como un Padre que cuida de su hijo o hija momento tras momento.

No espere más, el Cristo resucitado está llamado a las puertas de su corazón:  “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). Y si acepta esta invitación, usted también será partícipe del “milagro más grande del mundo” – “Si nuestra esperanza es que Cristo nos ayude solamente en esta vida, no hay nadie más digno de lástima que nosotros. Sin embargo, ¡Cristo resucitó! Esto nos enseña que también resucitarán los que murieron (1 Corintios 15:19-20 – TLA).

¡Cristo verdaderamente ha resucitado!

La puerta de escape para tu alma

“Dios probó Su amor en la Cruz. Cuando Cristo estuvo allí colgado, derramó Su sangre, y murió; fue Dios ahí diciéndole al mundo, ‘Te amo’”.

Billy Graham

Qué es lo primero que pensarías, si de repente cayeras en un pozo oscuro y tenebroso, y no ves en absoluto una forma de salir de allí. Pero de pronto escuchas una voz como del cielo, cuando desde arriba te dice, “hay una sola puerta de escape, yo te conduciré”.

Con certeza, en mi caso, prestaría atención absoluta a esa voz milagrosa que me ofrece ayuda para encontrar la única puerta de escape, la única forma de salir de aquel pozo.

Pues bien, nuestra alma vive en un pozo oscuro y tenebroso hasta que encuentre “la puerta de escape” – “la puerta de salida” y esa única puerta de escape es Jesucristo. No hay otro camino, no hay otra salida, no hay otra puerta de escape – Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6).

Jesucristo es el único camino para la salvación del ser humano. Jesucristo es la salvación para el alma en depresión, para el alma en esclavitud, para el alma en desesperación. Jesucristo es la salvación para el alma que anhela salir de la cárcel de la desesperanza.

Refiriéndose a Jesucristo, el reconocido evangelista y autor Billy Graham, manifestó: “Dios probó Su amor en la Cruz. Cuando Cristo estuvo allí colgado, derramó Su sangre, y murió; fue Dios ahí diciéndole al mundo, ‘Te amo’”.

El eterno amor del Dios Creador de cielo y tierra, del universo y de todo lo que hay en él, está constantemente diciéndole al ser humano “hay una sola puerta de escape para tu alma, yo te conduciré”.

 

Te invito a que te pasees por los cuatro pasos simples pero de profundo significado (cada imagen) que se han posteado en este artículo. Presta absoluta atención a la voz de Dios que hoy te conducirá paso a paso para que halles la salvación para tu alma.

 

 

Si quieres conocer más sobre la salvación a través de Jesucristo, no dudes en escribirnos.

¡Que Dios tu Creador hable profundamente a tu corazón y te conduzca a la salvación en Cristo Jesús!

 

La cultura de Cristo es la cultura del Reino de Dios

¡No hay justificación que valga frente a un liderazgo que se ha desviado en lo profano de su cultura!

 

Jane Overstreet, la autora a quien ya nos hemos referido en artículos anteriores, menciona que luego de trabajar más de veinte años con líderes cristianos alrededor del mundo, ha observado que su estilo de liderazgo se parece más a la cultura en que cada líder vive, que realmente a la cultura y los valores del Reino de Dios.[1] Y puntualiza enfáticamente:

“Cada cultura pone una máscara ligeramente diferente en esas cualidades de liderazgo que aprecia, y todas nuestras culturas están terriblemente quebrantadas. Quizás algunas son significativamente peores que otras, pero ninguna de ellas refleja con precisión los valores de Dios. Los valores del reino de Dios son contraculturales para toda cultura terrenal”. (Overstreet 2011)

En esta línea y para fines de esta investigación, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Tope Popoola, prominente líder y autor nigeriano, quien regularmente ofrece conferencias y consultorías en temas relacionados con liderazgo, gerencia, marketing y emprendimiento en varios países del mundo. Para Popoola, al preguntarle, ¿qué debe hacer un líder cristiano para que en su actuar prevalezca la cultura de Cristo en lugar de la cultura de su entorno? Esto es lo que nos respondió:

“La cultura de Cristo es la cultura del Reino de Dios. Nuestro llamado es dar a conocer a Cristo en todas las esferas de la existencia humana…Estamos llamados a traer el cielo a la tierra, no llevar la tierra al cielo. Cuando nos preguntamos antes de tomar cualquier acción, ´¿Cómo manejaría Jesús este asunto?´ y seguimos adelante para hacer lo que Él haría, independientemente de lo que pueda ser popular o tendencia, hacemos cumplir la cultura de Cristo. Quien lo haga debe obligadamente morir a sí mismo y morir hacia la opinión pública popular. ¡El reino de Dios no es un concurso de popularidad! Los que no pueden soportar algo, caerán por cualquier cosa…He tenido que oponerme a mi cultura con respecto a varias tradiciones. Al principio no fue fácil, pero llegaron a respetarme por mis decisiones”. (Popoola, Interview on Christian Leadership 2020)

Paralelamente a este importante desafío; y del mismo modo, para fines de esta investigación realizamos también una encuesta al azar dirigida a público cristiano. Participaron 118 personas, de 21 países, representando a los 5 continentes.

Al solicitarles, en una de las preguntas, que escojan en rango de prioridad las características de un “líder siervo” que los líderes cristianos necesitan poner en práctica de modo que reflejen verdaderamente la excelencia de Cristo; el sistema de votación arrojó los siguientes resultados, de entre 10 características propuestas: “practicar disciplinas espirituales:  orar, ayunar, leer la Biblia”, en primer lugar; y, “actuar con integridad”, en segundo lugar. De acuerdo con el sistema de votación, éstas fueron las características con mayor puntaje y consecuentemente aquellas consideradas como prioritarias para los encuestados. 

Y estos resultados apuntan definitivamente al meollo del problema.  Si los líderes cristianos no caminamos en comunión íntima con Dios, será obvio que estaremos más propensos a caminar reflejando nuestra propia cultura, una cultura quebrantada por el pecado, y no la cultura del Reino de Dios.

Como líderes cristianos, como hijos e hijas de Dios, ¿a quién representamos? Bueno, la Palabra nos ha dado el título de “Embajadores de Cristo” (2 Corintios 5:20). Por lo tanto, nuestro actuar debe reflejar tal título; en tanto representamos a Cristo Jesús, la imagen del Dios invisible, al Dios Creador de cielos y de la tierra, de todo el universo. ¡Qué enorme privilegio! ¡Y qué enorme responsabilidad el ser embajadores del Reino de Dios! Con certeza, lejos estaría de nosotros, el actuar como aquellos embajadores del mundo, que muchas veces se han visto envueltos en escándalos de corrupción.

Verdaderamente causa vergüenza, frustración y gran dolor cuando vemos a la Iglesia que no actúa a la altura de Cristo; un liderazgo que se ha acomodado a la cultura de su medio, perdiendo de vista la cultura del Reino de Dios.

Vivimos en una cultura posmoderna, que tristemente ha negociado sus valores, se ha envuelto en lo profano. Como dice, Miguel Núñez, cuando vivimos en una cultura como ésta, sino procuramos a toda costa evitarla, sus efectos terminarán contaminándonos y entonces lo profano se volverá normal en nuestras vidas.[2]

Hoy más que nunca necesitamos un liderazgo que se vuelva a la FUENTE, como dice Popoola, para que recuperemos los valores del Reino.  No se trata de jerga evangélica; lo cual es tan común al menos en Latinoamérica. Pensamos que si nos tratamos de “hermanos”, decimos: “Gloria a Dios”, “Amén”, “Aleluya”, “Bendiciones”; ya somos cristianos.  Pero no es así. Hay un mundo que nos observa y juzga severamente y delante del cual hemos deshonrado el nombre de excelencia de nuestro Dios Trino Creador, el nombre de nuestro Salvador.

Si en verdad un día hemos venido a Cristo, sólo volviéndonos a Su Palabra y manteniendo una comunión íntima con Él, seremos confrontados y lograremos que Su marca de excelencia resplandezca en y a través de nosotros y nos permita ser verdaderamente la sal y luz que este mundo necesita.

Esto es coherente con la Palabra:

“Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:3-5)

Y ésta se complementa con el claro desafío de nuestro Dios:

 

como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. (1 Pedro 1:14-16)

Sólo la Palabra y una comunión íntima con Cristo, transformará nuestra mente para que consecuentemente seamos canales de transformación en nuestro entorno.

Para cerrar, citaremos una extraordinaria reflexión del Dr. Núñez, que con certeza tocará el corazón de los lectores como ha tocado el de la autora:

“…quizás uno de los aspectos más destacados fue Su vida de servicio [de Jesús], sobre todo si se considera que Él es el Creador del mundo, y aun así se dispuso a servir a la criatura.  Cuando se piensa que el Dios del universo, el que sustenta todo con la Palabra de Su poder (Hebreos 1:3), fue capaz de llegar a arrodillarse para lavar los pies de Sus discípulos, esto es algo que va más allá, de lo que la mente y el corazón humano puede asimilar”. (Núñez, Jesús, el hombre que desafió al mundo y confronta tu vida 2018)

¡No hay mayor ejemplo de excelencia que éste! ¡No hay justificación que valga frente a un liderazgo que se ha desviado en lo profano de su cultura!

 

[1] Jane Overstreet, UnLeader: The Surprising Qualities of a Valuable Leader (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2011), 3.

[2] Miguel Núñez, Vivir con Integridad y Sabiduría: Persigue los valores que la sociedad ha perdido (Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2016), 40.

Tope Popoola, Entrevista sobre liderazgo, 2020.

 

El líder que promueve la cultura de Cristo – Introducción

«Más de la mitad (64%) de los cristianos dicen que la integridad es uno de los rasgos más importantes que debe tener un líder». 

Barna Group & Brad Lomenick

“¡Primero lo nuestro!”.  Esta frase la recuerdo con tristeza y molestia. Años atrás cuando solía trabajar en televisión como conductora de noticias; en una ocasión, posterior al noticiero fui invitada para quedarme a co-conducir un programa musical. Y uno de los primeros videos a presentar, fue una producción ecuatoriana. Música secular, sin ningún mensaje edificante, más bien todo lo contrario; pero al presentarlo lo hice con tanto entusiasmo, tratando de promover “primero lo nuestro”.  Ya era cristiana. Sólo un par de minutos después mientras tras cámaras miraba yo misma el video que había anunciado; me daba vergüenza y fui realmente redargüida por el Señor. ¡Promoví fácilmente mi cultura, olvidándome de a quién represento!

En una de las publicaciones del Barna Group, “Christians on Leadership, Calling and Career” [Cristianos en liderazgo, llamado y carrera] se expresa claramente que al parecer, la preocupación por el liderazgo está en todas partes, en la iglesia y la cultura:

“No importa lo que esté sucediendo en el mundo, el liderazgo ocupa un lugar central. Kim Jong Un está llevando a su nación al borde de la guerra. Un grupo de senadores está ordenando a sus compatriotas del Senado que adopten nuevas políticas sobre inmigración ilegal. La gente especula dónde el nuevo Papa y el nuevo Arzobispo de Canterbury llevarán sus respectivas iglesias”. (Barna Group 2013)

Precisamente, según una de las encuestas conducidas por el Barna Group en el 2013, más de ocho de cada diez (82%) de adultos cristianos creen que Estados Unidos enfrenta una crisis de liderazgo porque no hay suficientes líderes.[1]

Así también y de acuerdo con otra encuesta a adultos cristianos realizada por el mismo Barna Group en conjunto con Brad Lomenick, presidente de la conferencia Catalyst, en la que se preguntó: ¿Cuál es la cualidad más importante en un líder? La respuesta principal fue «integridad». Más de la mitad (64%) de los cristianos dicen que la integridad es uno de los rasgos más importantes que debe tener un líder.[2]

Y el panorama actual del planeta, desde hace unas décadas atrás, es cada vez más desalentador en cuanto a liderazgo se refiere. Hay una larga historia por recorrer en el mundo de la política, en el empresarial y lamentablemente, también en el de la iglesia. Tantos líderes han caído duramente desde sus pedestales y plataformas; y lo peor es que muchos de ellos, no han logrado levantarse.

Hablemos por ejemplo de Fernando Collor de Melo, expresidente del Brasil, de quien se dice que había construido su prestigio al promocionarse como alguien que lucha firmemente contra la corrupción. Pero en 1992, contradictoriamente, Collor de Melo, en compaginación con su tesorero había desviado para él y su familia, alrededor de 350 millones de dólares, todo esto producto del tráfico de influencias.[3]

A nivel privado, por ejemplo, en el 2001 se conoció que la gran empresa estadounidense Enron, que en aquel tiempo tenía como 2.000 empleados, se declaró en bancarrota. Fue acusada de soborno y tráfico de influencias en América Central, América del Sur, África y en dos países del Asia, Filipinas e India. La quiebra fue calculada en alrededor de 63.400 millones de dólares.[4]

¿Y qué decir del liderazgo cristiano en las distintas esferas? ¿Acaso el escenario ha sido distinto? Desafortunadamente ¡NO!

Refirámonos ahora a Ríos Montt, quien a finales de los setenta da un giro en su vida, deja el catolicismo y se convierte en un líder de la iglesia pentecostal El Verbo.  El 23 de marzo de 1982, Ríos Montt, junto a otros oficiales llevaron a cabo un golpe de Estado, a través del cual, él llega a ser el líder de una junta militar de tres personas. Y en 2013 tristemente fue condenado por intentos de exterminio a los Mayas Ixiles [5]  Como cuenta la historia, el General Ríos Montt solía decir:

“…que todos los verdaderos cristianos portaban la Biblia en una mano y un rifle en la otra”. (Kinzer 2018)

Y a los campesinos les decía:

“Si están con nosotros, les alimentaremos; si no, los mataremos”. (Kinzer 2018)

De hecho, la autora de “Brillando como estrellas”, Lindsay Brown, refiere en su libro que tuvo la oportunidad de conversar con uno de los obreros del tiempo del gobierno de Ríos Montt y a quien abordó diciéndole que seguro era maravilloso contar con un presidente cristiano, pero para su sorpresa, el obrero respondió:

“Lindsay, es una tragedia que haya sido elegido, puesto que no tiene una mente cristiana. La corrupción continúa y él les da altos cargos a sus familiares. Así que su elección ha resultado ser un escándalo para el Gobierno”. (Brown 2007)

¡Ciertamente trágico e inconcebible, pero desafortunadamente, nada que sorprenda en estos días!

Ahora bien, ¿qué hay de los pastores y líderes eclesiales? La situación no es distinta tristemente; y a lo largo de las últimas décadas, tantos líderes han caído vergonzosamente de sus púlpitos.

Nos referiremos entonces a una dramática historia, “puertas adentro”, contada por Jane Overstreet, en su libro “Unleader – The Surprising Qualities of a Valuable Leader” [Líder – Las cualidades sorprendentes de un líder valioso], quien en diálogo con uno de sus estudiantes que por días había mostrado una actitud hostil; mientras tomaban un café, logró penetrar a lo íntimo de su corazón.  Para hacer esta historia corta, al preguntarle Jane acerca de su padre, el muchacho respondió que no lo conocía muy bien porque sus padres se habían divorciado y añadió que su padre había sido pastor.[6]  Habiendo entrado en confianza expuso:

“Bueno, en realidad todos mis padres son pastores.  Mi mamá ha estado casada por cinco veces, aunque ella actualmente está por divorciarse de su última pareja. ¡Sí!  He sido un hijo de pastor en cinco diferentes iglesias, con cinco diferentes papás. ¡Creo que he batido el récord! ¿Verdad?” (Overstreet 2011)

La autora entonces reflexiona y se hace algunas preguntas, tal como seguramente nosotros nos las estamos haciendo ahora mismo,

Lo correcto es lo correcto aun si nadie lo hace.

al leer esta devastadora historia. Overstreet afirma que se ha encontrado con muchos jóvenes que han crecido en la iglesia evangélica pero que no tienen ningún respeto por ella. ¿Será por todo lo que han visto en la iglesia? ¿Será acaso porque el porcentaje de divorcio de cristianos en los Estados Unidos es tan alto como el de los no creyentes? ¿O será acaso por la pérdida de integridad?[7]  Todas estas preguntas y aún más, que con certeza nos llevan a meditar profundamente en la decadencia del liderazgo; y no sólo en los Estados Unidos, sino alrededor del mundo.

Próximamente:  La cultura de Cristo es la cultura del Reino de Dios. ¡Muy pronto!

 

[1] Research Releases in Culture & Media, “Christians on Leadership, Calling and Career,” The Barna Research Group, https://www.barna.com/research/christians-on-leadership-calling-and-career/

[2] Research Releases in Culture & Media, “Christians on Leadership, Calling and Career,” The Barna Research Group, https://www.barna.com/research/christians-on-leadership-calling-and-career/

[3] Miguel Núñez, Vivir con Integridad y Sabiduría: Persigue los valores que la sociedad ha perdido (Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2016), 20.

[4] Miguel Núñez, Vivir con Integridad y Sabiduría: Persigue los valores que la sociedad ha perdido (Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2016), 23.

[5] Stephen Kinzer, “Efraín Ríos Montt, dictador guatemalteco, murió a los 91 años”, The New York Times Company, https://www.nytimes.com/es/2018/04/01/espanol/america-latina/efrain-rios-montt-obituario.html

[6] Jane Overstreet, UnLeader: The Surprising Qualities of a Valuable Leader (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2011), 76.

[7] Jane Overstreet, UnLeader: The Surprising Qualities of a Valuable Leader (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2011), 76-77.