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El Creador prepara el hogar para Su obra maestra – el ser humano

«Dios creó todas las cosas para preparar una casa y una posada…después de que todo lo que pertenece a la esencia de una casa está listo, el hombre es traído…» 

[Las obras de Lutero]

La creación ciertamente revela a su Creador. Su poder, majestuosidad, sabiduría, ingenio y cuidado.

El Creador arma una composición artísticamente bella e incomparable con una extraordinaria e interminable gama de elementos:  Luz visible en el esplendor del día y densa oscuridad en la calma de la noche. El cielo con sus estrellas, la inmensidad de las aguas y los profundos mares, la tierra de hermosos paisajes. Aves que increíblemente vuelan en las alturas del cielo en contra del viento; monstruos marinos y una infinidad de criaturas que moran en el fondo del mar; bestias y animales que galopan en el campo. Densa y exuberante vegetación, infinidad de árboles frutales.

Un mundo lleno de colorido y exquisitez. Armónicamente diseñado, cuyos sonidos superan a la más brillante sinfónica: desde el delicado trinar de los pájaros hasta el rugir imponente del león. Desde la suave e imperceptible brisa del mar hasta el golpe y rugido de sus majestuosas olas. Desde la lluvia refrescante hasta el trueno intimidante.

Y esta maravillosa sinfonía llega a su clímax con el sonido aún más espectacular, sublime y apacible; las palabras dulces y amorosas del Dios Creador hacia lo más excelso de su creación, Adán y Eva; quienes ciertamente gozaban de una intimidad espléndida con Su Creador, en la delicia del Huerto del Edén.

“Y vio Dios que era bueno”, “y he aquí que era bueno en gran manera”.  ¡Vio Dios que Su creación era buena en gran manera! A través de Su creación, palpamos la inmensidad del amor de Dios por la obra maestra de Su creación – la humanidad. Tan grande el amor de Dios, que paso a paso, detalle por detalle, precisión tras precisión, fue diseñando y creando el hogar para la humanidad.

Esto nos lleva a comparar de alguna manera con los millones de episodios en el mundo, cuando las parejas de esposos se preparan para recibir a su pequeño bebé.  ¡Cuánta alegría, cuánto gozo, cuánta expectativa! Nueve meses de tanto amor, mucha ilusión y desde luego, mucho trabajo para preparar adecuadamente el cuarto del bebé, su ajuar, colorida y abrigada ropa, sus primeros juguetes, incluso preparación especializada para saber cómo darle de lactar, cómo preparar la comida del bebé conforme vaya creciendo, cómo asearlo y bañarlo, cómo protegerlo de enfermedades, cómo interactuar día a día con el pequeño de modo que el ambiente en el que se desarrolle sea seguro, agradable, saludable y lleno de vida.

Del mismo modo, el Creador del universo, se tomó el tiempo necesario para diseñar con espléndida precisión cada parte del magnificente hogar que regaló al ser humano para que crezca saludable, seguro y lleno de vida. ¡Dios vio que en verdad el hogar creado era bueno y bueno en gran manera!

Como lo expresa Mark DeVine, en su libro, “Shalom Yesterday, Today and Forever: Embracing All Three Dimensions of Creation and Redemption” [Shalom ayer, hoy y siempre: Abrazando las tres dimensiones de la creación y la redención]:

“A Dios sea la gloria por las cosas que Él ha hecho. Y qué es lo que Él ha hecho. Él ha hecho los cielos y la tierra como el hogar adecuado para las criaturas humanas hechas a Su imagen”. (DeVine 2019)

Así mismo Lutero reconoce en su obra “Luther ´s Works” [Las obras de Lutero] que el Creador en verdad es proveedor, sustentador y cuidador de la humanidad:

«Dios creó todas las cosas para preparar una casa y una posada, por así decirlo, para el futuro hombre … luego, después de que todo lo que pertenece a la esencia de una casa está listo, el hombre es traído, por así decirlo, en su posesión para que podamos aprender que la providencia divina para nosotros es mayor que toda nuestra ansiedad y cuidado». (DeVine 2019)

Así, y de acuerdo con el relato bíblico en Génesis, en el día sexto, Dios concluyó su actividad creativa, y la concluyó esencialmente con la creación de Su obra maestra – el ser humano; y en el día séptimo reposó y santificó este día.

“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. (Génesis 2:1-3)

Es claro entonces que el pronunciamiento de Dios después de la creación de la humanidad habla elocuentemente del significado único de la humanidad en comparación con el resto de la creación; señala Devine con precisión. Y añade que solo con la creación de la humanidad y su inclusión dentro del orden creado, puede la creación en su conjunto extraer el superlativo «muy bueno» de parte del Creador. En verdad, esto habla de la singularidad de la humanidad dentro del orden creado, una singularidad que incluye una posición de superioridad y un valor único dentro del universo. Y DeVine enfatiza que no se crea ninguna otra criatura imago dei. Ninguna otra criatura ejerce dominio sobre las formas inferiores de la creación.[1]

[1] Mark DeVine, Shalom Yesterday, Today and Forever: Embracing All Three Dimensions of Creation and Redemption (Eugene, OR: Wipf and Stock, 2019), 709.

La Excelencia comienza en el corazón – Parte 1

«La excelencia nace en el corazón de Dios, nuestro Creador, quien, por su eterno amor a hombres y mujeres, formó de la nada este planeta…»

 

En el blog bilingüe “Hacia la Excelencia” haciendo honor a su nombre comenzamos una serie de artículos con reflexiones cortas sobre el mundo de la excelencia, la profundidad de su significado y por qué no un frontal desafío a la sociedad post-moderna y post-post moderna que en general estamos viviendo globalmente.

Viaje submarino en Maui, Hawaii

Hace unos años atrás tuve la oportunidad de hacer un viaje en submarino en Hawaii. Un corto pero sorprendente viaje hacia el fondo del mar, donde las maravillas del mundo marino sólo vistas en la pantalla chica y en la grande, se convirtieron mágicamente en una hermosa realidad. Esta increíble experiencia fue simplemente la confirmación de que estemos donde estemos, siempre estaremos rodeados de belleza y magnificencia.

Por eso, permítanme ahora invitarles a echar una mirada a su alrededor, a su entorno. ¿Qué es lo que ven?… Y luego de unos minutos seguramente tendremos respuestas muy variadas. Habrá quien describa extraordinarios paisajes montañosos, otros incluso quizá los tremendos nevados en un día soleado, otros tantos la hermosura de sus playas y el vasto mar y seguramente algunos más, exóticos paisajes de espesa selva.

Y todo esto sin contar la magnífica diversidad de fauna y flora en cada uno de los más asombrosos

rincones de nuestro planeta.

Vida submarina, Hawaii

Encantadora vida submarina, Hawaii

Nuestro entorno, nuestro planeta, en definitiva nuestra casa testifica que vivimos en un mundo de excelencia. Desde la cima del Everest hasta el Mar Muerto que bordea Israel, el punto más bajo de la tierra, nuestra mirada se deleita ciertamente con las “7 maravillas naturales del mundo” y mucho más.

Echemos un vistazo ahora, a los inicios de este planeta. Y para ello, si me permiten, quiero referirme al primer capítulo, del primer libro de la Biblia, Génesis, cuyo nombre original en Hebrero, “Bereshit” significa precisamente “en el principio”.

Mar Muerto

Mar Muerto

En síntesis Génesis 1 nos cuenta cómo comenzó nuestro planeta, nuestra casa, quién la construyó y de hecho, cómo la ordenó, decoró y llenó de alimento, todo esto antes de nuestra llegada, la llegada de los seres humanos.

Le desafío a que lea Génesis 1 detenidamente. Se sorprenderá de lo maravilloso de este relato. No obstante, y para fines de este artículo, quiero resaltar solamente dos aspectos de esta lectura:

1. A lo largo de este capítulo y en tanto se menciona paso a paso la creación de nuestro mundo; la formación de la luz, el cielo, la tierra, las aguas, el sol, la luna, las estrellas, la hierba verde, las aves y los peces; entonces Dios, nuestro creador, expresa 6 veces: “Y vio Dios que era bueno”; y una séptima vez, luego de haber creado a los animales y al ser humano, al concluir su creación, “ Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”.

Pues bien, una de las cosas importantísimas que resalta este texto es que la creación de Dios es

Vista del Everest desde el campamento base (cortesía de Amosji Attaché Gorkhas)

Vista del Everest desde el campamento base (cortesía de Amosji Attaché Gorkhas, Nepal)

definitivamente “buena en gran manera”. En otras palabras lo creado originalmente por nuestro Dios, que por supuesto, nos incluye a los seres humanos (Gen. 1:27, 31) fue hecho con excelencia, sin defecto ni error alguno.

2. Ahora bien, “[Dios] todo lo hizo [y lo hace] hermoso en su tiempo” (Eclesiastés 3:11), por tanto, Su corazón está inclinado a hacer todo con excelencia, porque Su esencia misma denota excelencia.

Si nuevamente miramos a nuestro alrededor, confirmamos esta Palabra, estamos rodeados de una majestuosa naturaleza que ciertamente deleita nuestra mirada y más aun nuestro corazón.

La excelencia nace en el corazón de Dios, nuestro Creador, quien, por su eterno amor a hombres y mujeres, formó de la nada este planeta, preparó de antemano nuestro mundo, nuestra casa, para que llegásemos a morar en él.

Como el padre y la madre preparan con lo mejor, el cuarto, la cuna, la ropa, los juguetes y todo lo necesario para recibir al bebé que pronto nacerá, así, nuestro Dios, nuestro Padre Creador, preparó este mundo con todo lo necesario para recibir al hombre y a la mujer, creaturas hechas a Su imagen y semejanza.

¡Sí, Dios es nuestro ejemplo de excelencia!

Cabo de la Buena Esperanza, Sudáfrica

Cabo de la Buena Esperanza, Sudáfrica

“Profunda es su sabiduría, vasto su poder…
Él se basta para extender los cielos;
somete a su dominio las olas del mar.
Él creó la Osa y el Orión,
las Pléyades y las constelaciones del sur.
Él realiza maravillas insondables,
portentos que no pueden contarse”.
                                   (Job 9:4,8-10)

 

En nuestra próxima edición descubriremos más acerca de las bases y raíces pertinentes para una vida Hacia la Excelencia. ¡Hay mucho por descubrir! ¡Espérela!