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La Excelencia comienza en el corazón – Parte 1

«La excelencia nace en el corazón de Dios, nuestro Creador, quien, por su eterno amor a hombres y mujeres, formó de la nada este planeta…»

 

En el blog bilingüe “Hacia la Excelencia” haciendo honor a su nombre comenzamos una serie de artículos con reflexiones cortas sobre el mundo de la excelencia, la profundidad de su significado y por qué no un frontal desafío a la sociedad post-moderna y post-post moderna que en general estamos viviendo globalmente.

Viaje submarino en Maui, Hawaii

Hace unos años atrás tuve la oportunidad de hacer un viaje en submarino en Hawaii. Un corto pero sorprendente viaje hacia el fondo del mar, donde las maravillas del mundo marino sólo vistas en la pantalla chica y en la grande, se convirtieron mágicamente en una hermosa realidad. Esta increíble experiencia fue simplemente la confirmación de que estemos donde estemos, siempre estaremos rodeados de belleza y magnificencia.

Por eso, permítanme ahora invitarles a echar una mirada a su alrededor, a su entorno. ¿Qué es lo que ven?… Y luego de unos minutos seguramente tendremos respuestas muy variadas. Habrá quien describa extraordinarios paisajes montañosos, otros incluso quizá los tremendos nevados en un día soleado, otros tantos la hermosura de sus playas y el vasto mar y seguramente algunos más, exóticos paisajes de espesa selva.

Y todo esto sin contar la magnífica diversidad de fauna y flora en cada uno de los más asombrosos

rincones de nuestro planeta.

Vida submarina, Hawaii

Encantadora vida submarina, Hawaii

Nuestro entorno, nuestro planeta, en definitiva nuestra casa testifica que vivimos en un mundo de excelencia. Desde la cima del Everest hasta el Mar Muerto que bordea Israel, el punto más bajo de la tierra, nuestra mirada se deleita ciertamente con las “7 maravillas naturales del mundo” y mucho más.

Echemos un vistazo ahora, a los inicios de este planeta. Y para ello, si me permiten, quiero referirme al primer capítulo, del primer libro de la Biblia, Génesis, cuyo nombre original en Hebrero, “Bereshit” significa precisamente “en el principio”.

Mar Muerto

Mar Muerto

En síntesis Génesis 1 nos cuenta cómo comenzó nuestro planeta, nuestra casa, quién la construyó y de hecho, cómo la ordenó, decoró y llenó de alimento, todo esto antes de nuestra llegada, la llegada de los seres humanos.

Le desafío a que lea Génesis 1 detenidamente. Se sorprenderá de lo maravilloso de este relato. No obstante, y para fines de este artículo, quiero resaltar solamente dos aspectos de esta lectura:

1. A lo largo de este capítulo y en tanto se menciona paso a paso la creación de nuestro mundo; la formación de la luz, el cielo, la tierra, las aguas, el sol, la luna, las estrellas, la hierba verde, las aves y los peces; entonces Dios, nuestro creador, expresa 6 veces: “Y vio Dios que era bueno”; y una séptima vez, luego de haber creado a los animales y al ser humano, al concluir su creación, “ Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”.

Pues bien, una de las cosas importantísimas que resalta este texto es que la creación de Dios es

Vista del Everest desde el campamento base (cortesía de Amosji Attaché Gorkhas)

Vista del Everest desde el campamento base (cortesía de Amosji Attaché Gorkhas, Nepal)

definitivamente “buena en gran manera”. En otras palabras lo creado originalmente por nuestro Dios, que por supuesto, nos incluye a los seres humanos (Gen. 1:27, 31) fue hecho con excelencia, sin defecto ni error alguno.

2. Ahora bien, “[Dios] todo lo hizo [y lo hace] hermoso en su tiempo” (Eclesiastés 3:11), por tanto, Su corazón está inclinado a hacer todo con excelencia, porque Su esencia misma denota excelencia.

Si nuevamente miramos a nuestro alrededor, confirmamos esta Palabra, estamos rodeados de una majestuosa naturaleza que ciertamente deleita nuestra mirada y más aun nuestro corazón.

La excelencia nace en el corazón de Dios, nuestro Creador, quien, por su eterno amor a hombres y mujeres, formó de la nada este planeta, preparó de antemano nuestro mundo, nuestra casa, para que llegásemos a morar en él.

Como el padre y la madre preparan con lo mejor, el cuarto, la cuna, la ropa, los juguetes y todo lo necesario para recibir al bebé que pronto nacerá, así, nuestro Dios, nuestro Padre Creador, preparó este mundo con todo lo necesario para recibir al hombre y a la mujer, creaturas hechas a Su imagen y semejanza.

¡Sí, Dios es nuestro ejemplo de excelencia!

Cabo de la Buena Esperanza, Sudáfrica

Cabo de la Buena Esperanza, Sudáfrica

“Profunda es su sabiduría, vasto su poder…
Él se basta para extender los cielos;
somete a su dominio las olas del mar.
Él creó la Osa y el Orión,
las Pléyades y las constelaciones del sur.
Él realiza maravillas insondables,
portentos que no pueden contarse”.
                                   (Job 9:4,8-10)

 

En nuestra próxima edición descubriremos más acerca de las bases y raíces pertinentes para una vida Hacia la Excelencia. ¡Hay mucho por descubrir! ¡Espérela!

Paz y adversidad, belleza y dolor…¿en un solo lugar?

«Si existe un Dios amoroso que nos creó, entonces Él debe estar angustiado por el estado de este mundo».

 

Amber Van Schooneveld, writer

Amber Van Schooneveld, escritora

                                            Amber Van Schooneveld

 

Amber es escritora y editora senior de Compassion Canadá. Antes de trabajar para Compassion Canadá, trabajó para Compassion International como gerente editorial de los escritores y fotógrafos en campo. Siempre ha tenido un corazón sensible con respecto al sufrimiento del mundo. Cuando era niña, lloraba cuando otros niños mataban hormigas. Desde entonces, esto le ha llevado a conmoverse por un sufrimiento mayor en el mundo. Es autora de Hope Lives [La Esperanza Vive] y Passport to Prayer [Pasaporte a la Oración], ambos libros destinados a ayudar a que la gente conozca el corazón de Dios con respecto al sufrimiento de este mundo y a tomar acción. Tiene un título en Inglés de la Universidad Estatal de Colorado y vive en Colorado con su maravillosa familia.

 
¿Es posible que la paz y la adversidad, la pobreza y la riqueza, la belleza y el dolor llenen este mundo al mismo tiempo?

Algunas veces, sentada tranquila en mi hogar en Colorado, disfrutando de un hermoso paisaje, saboreando una abundante comida familiar y observando a mis hijas jugar, las imágenes en las noticias sobre la guerra, el desastre y la extrema pobreza pueden parecer inconcebibles. ¿Entonces, cómo es que con todos los dolores, las decepciones e inconvenientes de la vida, se puede vivir con tal seguridad cuando muchos otros, por ejemplo, los refugiados de Siria, viven en tal temor y carencia? Esto aturde la mente.

Aun así, sabemos que éste es ciertamente, el estado del mundo. Sin embargo, ninguna de nuestras experiencias son del todo buenas o del todo malas. Incluso en mi vida segura y tranquila, no estoy protegida del dolor del cáncer o del suicidio. Y aquellos que viven en extrema pobreza también pueden tener todavía la alegría de la familia y la belleza de la creación de Dios. Todos, o al menos la mayoría de nosotros experimentamos tanto la gran belleza y el amor, como el dolor y la pérdida desgarradora.

¿En sus varios viajes a lo largo de países desarrollados y en vías de desarrollo, que es lo que le ha llamado la atención con respecto a este fenómeno?

Cada vez que regreso a los Estados Unidos tras un viaje a un país en vías de desarrollo casi siempre me

Amber, autora del libro "La Esperanza Vive"

Amber, autora del libro «Hope lives» [La Esperanza Vive]

sorprendo de cómo la gente no se da cuenta de lo bien que estamos. Al vivir en un lugar relativamente próspero es fácil mirar alrededor a aquellos que tienen más dinero que otros y que esos otros crean que apenas lo están logrando. Somos muy pocos los que tenemos el contexto para comprender el lujo en el que vivimos porque no estamos rodeados de las alternativas de las personas que no cuentan con agua potable, alimentos apropiados, hogares seguros o acceso a la banca, a la atención médica, a los seguros o a las redes de seguridad social.

Por otro lado, siempre me sorprende cuán similares somos, sin importar de qué país seamos. Las personas son personas. Existen significativas diferencias culturales, pero creo que en nuestra esencia todos somos mucho más parecidos que diferentes. Tenemos los mismos deseos, ser amados, estar seguros y ver a nuestros hijos y familias prosperar.

¿Es responsabilidad de Dios (si existe un Dios) o responsabilidad del hombre todas las tragedias que este mundo está experimentando?

Yo diría que son ambos. Si existe un Dios amoroso que nos creó, entonces Él debe estar angustiado por el estado de este mundo. Y la Biblia nos dice que Él lo está. (Por ejemplo, en Lucas 19, se registra que Jesús lloró por el sufrimiento que vendría a Jerusalén. Y en todo el Antiguo Testamento dice que Dios escucha el llanto de los oprimidos). Entonces, la pregunta más desafiante que alguna vez se ha hecho es: ¿Por qué un Dios amoroso permite tanto sufrimiento? No es una pregunta que puedo atreverme a responder bien y no pienso que sea una pregunta que comprendamos plenamente en este lado de la eternidad.

Muchos cristianos han respondido a la pregunta del sufrimiento diciendo que Dios usa nuestro sufrimiento para fortalecer nuestra fe y nos lleva hacia Él. Aunque sabemos que Dios usa el sufrimiento tanto por la experiencia como por los pasajes tales como Romanos 5:3-5, no creo que esta respuesta sea toda la historia. Puede conducirnos a una mala teología, por ejemplo, alguien que afirme que Dios causó la muerte de un niño con el fin de darle una lección a la madre sobre la fe. En mi opinión, la verdad a la que me aferro cuando me tambaleo por el sufrimiento del mundo es la que Dios creó al mundo en el que existe el libre albedrío porque Él quería crear un mundo de relaciones de amor. Para que exista el amor, es necesario el libre albedrío, lo que significa que el hombre es libre de hacer el bien o el mal. Dios dice que tiene un plan para redimir al mal que se perpetra en este mundo, pero al igual que un tapiz que es hermoso por un lado y enredado por el otro, es difícil ver el sentido de tanto sufrimiento en nuestra limitada perspectiva.

Sin embargo, en toda la Biblia, Dios dice que también somos responsables de responder al sufrimiento del mundo. Nos llama a hablar en nombre de la justicia, a romper las cadenas de los oprimidos y a ayudar a aquellos en pobreza. Aunque no comprendemos porque se permite el sufrimiento, sabemos que Dios nos llama a ser activos para acabar con él y llevarlo fuera de este mundo. De hecho, en Efesios 2:10, Pablo dice que ¡Dios ha preparado las buenas obras con antelación para que las pusiéramos en práctica! Que gran honor que Dios nos valore tanto como para permitirnos ser Sus manos, para traer activamente la paz, la justicia y la igualdad al mundo.

Es tan cierto que no podemos cerrar nuestros ojos y decir que este mundo es un “paraíso”, ¿Existe alguna esperanza?

Amber, en uno de sus viajes, con dos pequeñas de la India

Amber, en uno de sus viajes, con dos pequeñas de la India

Aunque no podamos comprender plenamente por qué Dios permite tanto sufrimiento, a menudo pienso de nuevo en Genesis 16, en el cual Dios observó el sufrimiento de Hagar, una sirvienta. Cuando ella estaba a punto de morir en el desierto, Dios vio su necesidad y la ayudó, lo que la llevó a llamarlo “el Dios que ve”. En medio de nuestro sufrimiento, nunca estamos solos. Dios dice que Él está cerca de aquellos con corazones rotos. Él ve el dolor del mundo, Él escucha el llanto de los oprimidos y Él nos llama a todos a ser activos para ser Sus manos, para ofrecer consuelo, socorro, amor y ayuda física a este mundo.