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¡Navidad en oración!

«No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…»  

 

En esta Navidad, «Hacia la Excelencia» tomamos un tiempo para orar por nuestros fieles lectores alrededor del mundo.

Y oramos para que la paz de Cristo Jesús, el Salvador del mundo, la paz que sobrepasa todo entendimiento sea derramada en la vida de cada uno de nuestros lectores. Que en medio de las turbulencias e incertidumbres que pueden estar rodeando este tiempo de Navidad, Jesús, el Príncipe de Paz,  sea manifiesto en sus vidas.

Para aquellos que tienen ya el privilegio de tener una relación personal con Jesús, que esa relación sea aún más fortalecida, que cada persona ponga su mirada en las «cosas de arriba» y no en las terrenales; que en medio de la confusión que vive este mundo, su mirada esté puesto en el Trono de Dios, trono que es inamovible. Que su confianza esté puesta en el Rey de reyes, Jesús, y no en los gobiernos y sistemas efímeros de este mundo.

Y por aquellos que aún no conocen a Cristo y no han establecido una relación personal con Él, oramos que toda venda espiritual sea retirada de sus ojos, y puedan reconocer en lo profundo de su corazón, que son pecadores, como todos porque la Palabra de Dios dice que «No hay justo ni aun uno»; y que vengan a arrepentimiento y a entender la necesidad de salvación para sus vidas. Que Cristo Jesús se revele sobrenaturalmente en sus vidas y les traiga salvación, paz, gozo y Su luz admirable en medio de las tinieblas que con certza están enfrentando.

Oramos para que el milagro de la primera Navidad, hace más de 2000 años, sea una extraordinaria realidad en esta Navidad, en el corazón de cada persona que decida disponer su corazón, como se dispuso el pesebre, para recibir al Mesías, al Salvador del mundo y que anhela ser el Salvador de su vida.

Es nuestra oración que todos estemos dispuestos a escuchar la dulce voz de nuestro amado Jesús, quien está tocando hoy a las puertas de nuestro corazón; y clara y confiadamente escuchemos: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…» (Lucas 2:10).

Oramos así en el Nombre que es sobre todo nombre, en Cristo Jesús.

 

 

¡Mientras más oscura la noche, más pronto llega el amanecer!

«Muchas veces experimentamos en nuestra vida periodos densamente oscuros, y que al atravesarlos, difícilmente logramos divisar el amanecer».

 

La creencia popular así lo declara, aunque según los expertos, esto no necesariamente es así. En todo caso, lo que sí es cierto, es que definitivamente tras la noche densamente oscura, con certeza siempre, siempre esperamos un amanecer, incluso en la Antártica donde las noches pueden durar hasta 24 horas.

Pero más allá del análisis científico de este fenómeno, éste nos lleva a meditar en las circunstancias que muchas veces atravesamos.

Sin embargo, tan cierto como que se acerca la madrugada, cuando caminamos por sombrías etapas, con seguridad veremos aquellos destellos de esperanza que iluminen nuestra jornada y que nos impulse con certeza a un brillante nuevo día.

Hace poco, volaba por algunas horas de regreso a mi país, un vuelo nocturno por cierto, y mientras atravesaba el Atlántico, presencié el más espectacular paisaje celestial nocturno…densos nubarrones oscuros, como si una catastrófica tormenta iba a caer sobre nosotros, pero poco después y a la distancia pude divisar unos extraordinarios destellos de luz, que aparecieron de la nada. Ciertamente, en el horizonte se aproximaba el amanecer; en verdad, la oscuridad por más densa que parecía era pasajera y pronto terminaría. Por seguro, había esperanza y el amanecer se avecinaba.

¿Cuál es tu situación ahora mismo? ¿Acaso estás atravesando un camino cubierto de una densa oscuridad, en donde es imposible mirar hacia el otro lado; y el temor y la zozobra invaden tu corazón? ¿Estás acaso enfrentando soledad, o quizá una difícil situación económica por falta de trabajo y deudas por doquier, o has recibido un diagnóstico médico cuyas probabilidades humanas de recuperación son limitadas y complicadas? O ¿estás enfrentando una situación familiar muy dolorosa?

Así es el caminar de la vida, tenemos días soleados y brillantes, durante los cuales y a pesar del hermoso paisaje, el calor eventualmente nos puede afectar. Transitamos también por días lluviosos y fríos, durante los cuales necesitamos suficiente abrigo y bebidas calientes. Y claro, transitamos también por noches oscuras, frías y desesperanzadoras, donde nuestro corazón anhela profundamente ser guiado por una mano protectora, generosa y llena de amor.

No sé cuál sea tu transitar ahora mismo, pero si estás atravesando la densa y oscura noche, estoy convencida que hay esperanza, que aún tienes la oportunidad de pronto divisar aquellos destellos de luz que te guiarán hacia tu amanecer.

De hecho, hay alguien que atravesó antes que tú o yo, aquellas jornadas tenebrosas y densamente oscuras, hay alguien que entiende perfectamente lo que estás experimentando, hay alguien que eso y más lo vivió en carne propia, ése es Jesucristo, el Hijo del Dios, Dios mismo, que por amor a nosotros [la humanidad] «se hizo pobre siendo rico, para que nosotros con Su pobreza seamos enriquecidos» (2 Corintios 8:9); “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).

¿Qué noche más oscura pudo haber existido en la historia humana?
La muerte del Rey fiel y justo por el pueblo traidor e injusto.                                                            La ejecución del Santo por los pecadores.
Más aquella noche no tuvo su fin ahí; sino que 72 horas después amaneció con gran poder. Y es que el Justo resucitó, se levantó de la muerte victoriosamente. ¡La Vida venció a la muerte!
Jesucristo el Camino, la Verdad y la Vida misma, tiene el poder para traerte de muerte a vida, de desaliento a esperanza, de insatisfacción a llenura, de angustia a paz.

Puedes probar lo que desees, pero puedo asegurarte que NO hay otro camino para que encuentres un nuevo y duradero amanecer en tu vida. ¡Jesús es la a única senda cierta! ¡Jesús es la estrella resplandeciente de la mañana! (Apocalipsis 22:16)

Te invito a que hoy mismo abras tu corazón, tu alma misma a Cristo Jesús. Él depositará en ti aliento de vida. Te traerá literalmente de muerte a vida. Te llenará de esperanza, te abrigará con Su amor eterno, te dará paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento en medio de un mundo turbulento.

El adagio popular dice: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. De hecho, “hoy es el día de salvación” (2 Corintios 6:2), clama con fe al Dios Todopoderoso, Creador del universo, que está atento a tu súplica y a los anhelos de tu corazón. Invítale hoy mismo como Salvador y Señor de tu vida.

Dios Todopoderoso, gracias por enviar a tu Hijo bendito, mi Señor Jesucristo, quien murió en la cruz por mí. Perdona todos mis pecados. Me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra ti y haberte ofendido. Lávame y límpiame con la preciosa sangre de Cristo. Yo creo firmemente que Dios le resucitó a Jesús de entre los muertos para darme vida eterna. Jesús amado entra en mi corazón, te recibo como el único Salvador de mi alma y de mi vida. Transfórmame y ayúdame a vivir una vida de obediencia, agradándote en todo tiempo. ¡En tu Nombre oro amado Jesús!

Si tienes preguntas sobre la decisión que hoy has tomado, no dudes en tomar contacto con nuestro blog. Estamos para servirte. Y recuerda “hoy es el día de salvación”.

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Paz y adversidad, belleza y dolor…¿en un solo lugar?

«Si existe un Dios amoroso que nos creó, entonces Él debe estar angustiado por el estado de este mundo».

 

Amber Van Schooneveld, writer

Amber Van Schooneveld, escritora

                                            Amber Van Schooneveld

 

Amber es escritora y editora senior de Compassion Canadá. Antes de trabajar para Compassion Canadá, trabajó para Compassion International como gerente editorial de los escritores y fotógrafos en campo. Siempre ha tenido un corazón sensible con respecto al sufrimiento del mundo. Cuando era niña, lloraba cuando otros niños mataban hormigas. Desde entonces, esto le ha llevado a conmoverse por un sufrimiento mayor en el mundo. Es autora de Hope Lives [La Esperanza Vive] y Passport to Prayer [Pasaporte a la Oración], ambos libros destinados a ayudar a que la gente conozca el corazón de Dios con respecto al sufrimiento de este mundo y a tomar acción. Tiene un título en Inglés de la Universidad Estatal de Colorado y vive en Colorado con su maravillosa familia.

 
¿Es posible que la paz y la adversidad, la pobreza y la riqueza, la belleza y el dolor llenen este mundo al mismo tiempo?

Algunas veces, sentada tranquila en mi hogar en Colorado, disfrutando de un hermoso paisaje, saboreando una abundante comida familiar y observando a mis hijas jugar, las imágenes en las noticias sobre la guerra, el desastre y la extrema pobreza pueden parecer inconcebibles. ¿Entonces, cómo es que con todos los dolores, las decepciones e inconvenientes de la vida, se puede vivir con tal seguridad cuando muchos otros, por ejemplo, los refugiados de Siria, viven en tal temor y carencia? Esto aturde la mente.

Aun así, sabemos que éste es ciertamente, el estado del mundo. Sin embargo, ninguna de nuestras experiencias son del todo buenas o del todo malas. Incluso en mi vida segura y tranquila, no estoy protegida del dolor del cáncer o del suicidio. Y aquellos que viven en extrema pobreza también pueden tener todavía la alegría de la familia y la belleza de la creación de Dios. Todos, o al menos la mayoría de nosotros experimentamos tanto la gran belleza y el amor, como el dolor y la pérdida desgarradora.

¿En sus varios viajes a lo largo de países desarrollados y en vías de desarrollo, que es lo que le ha llamado la atención con respecto a este fenómeno?

Cada vez que regreso a los Estados Unidos tras un viaje a un país en vías de desarrollo casi siempre me

Amber, autora del libro "La Esperanza Vive"

Amber, autora del libro «Hope lives» [La Esperanza Vive]

sorprendo de cómo la gente no se da cuenta de lo bien que estamos. Al vivir en un lugar relativamente próspero es fácil mirar alrededor a aquellos que tienen más dinero que otros y que esos otros crean que apenas lo están logrando. Somos muy pocos los que tenemos el contexto para comprender el lujo en el que vivimos porque no estamos rodeados de las alternativas de las personas que no cuentan con agua potable, alimentos apropiados, hogares seguros o acceso a la banca, a la atención médica, a los seguros o a las redes de seguridad social.

Por otro lado, siempre me sorprende cuán similares somos, sin importar de qué país seamos. Las personas son personas. Existen significativas diferencias culturales, pero creo que en nuestra esencia todos somos mucho más parecidos que diferentes. Tenemos los mismos deseos, ser amados, estar seguros y ver a nuestros hijos y familias prosperar.

¿Es responsabilidad de Dios (si existe un Dios) o responsabilidad del hombre todas las tragedias que este mundo está experimentando?

Yo diría que son ambos. Si existe un Dios amoroso que nos creó, entonces Él debe estar angustiado por el estado de este mundo. Y la Biblia nos dice que Él lo está. (Por ejemplo, en Lucas 19, se registra que Jesús lloró por el sufrimiento que vendría a Jerusalén. Y en todo el Antiguo Testamento dice que Dios escucha el llanto de los oprimidos). Entonces, la pregunta más desafiante que alguna vez se ha hecho es: ¿Por qué un Dios amoroso permite tanto sufrimiento? No es una pregunta que puedo atreverme a responder bien y no pienso que sea una pregunta que comprendamos plenamente en este lado de la eternidad.

Muchos cristianos han respondido a la pregunta del sufrimiento diciendo que Dios usa nuestro sufrimiento para fortalecer nuestra fe y nos lleva hacia Él. Aunque sabemos que Dios usa el sufrimiento tanto por la experiencia como por los pasajes tales como Romanos 5:3-5, no creo que esta respuesta sea toda la historia. Puede conducirnos a una mala teología, por ejemplo, alguien que afirme que Dios causó la muerte de un niño con el fin de darle una lección a la madre sobre la fe. En mi opinión, la verdad a la que me aferro cuando me tambaleo por el sufrimiento del mundo es la que Dios creó al mundo en el que existe el libre albedrío porque Él quería crear un mundo de relaciones de amor. Para que exista el amor, es necesario el libre albedrío, lo que significa que el hombre es libre de hacer el bien o el mal. Dios dice que tiene un plan para redimir al mal que se perpetra en este mundo, pero al igual que un tapiz que es hermoso por un lado y enredado por el otro, es difícil ver el sentido de tanto sufrimiento en nuestra limitada perspectiva.

Sin embargo, en toda la Biblia, Dios dice que también somos responsables de responder al sufrimiento del mundo. Nos llama a hablar en nombre de la justicia, a romper las cadenas de los oprimidos y a ayudar a aquellos en pobreza. Aunque no comprendemos porque se permite el sufrimiento, sabemos que Dios nos llama a ser activos para acabar con él y llevarlo fuera de este mundo. De hecho, en Efesios 2:10, Pablo dice que ¡Dios ha preparado las buenas obras con antelación para que las pusiéramos en práctica! Que gran honor que Dios nos valore tanto como para permitirnos ser Sus manos, para traer activamente la paz, la justicia y la igualdad al mundo.

Es tan cierto que no podemos cerrar nuestros ojos y decir que este mundo es un “paraíso”, ¿Existe alguna esperanza?

Amber, en uno de sus viajes, con dos pequeñas de la India

Amber, en uno de sus viajes, con dos pequeñas de la India

Aunque no podamos comprender plenamente por qué Dios permite tanto sufrimiento, a menudo pienso de nuevo en Genesis 16, en el cual Dios observó el sufrimiento de Hagar, una sirvienta. Cuando ella estaba a punto de morir en el desierto, Dios vio su necesidad y la ayudó, lo que la llevó a llamarlo “el Dios que ve”. En medio de nuestro sufrimiento, nunca estamos solos. Dios dice que Él está cerca de aquellos con corazones rotos. Él ve el dolor del mundo, Él escucha el llanto de los oprimidos y Él nos llama a todos a ser activos para ser Sus manos, para ofrecer consuelo, socorro, amor y ayuda física a este mundo.