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2024 – ¿Un año turbulento?

Innegablemente hay una capa oscura que se extiende a lo largo y ancho del planeta; y que aunque ciertos gobiernos, autoridades y población en general luchan por hacerle frente y limpiar el planeta de esta oscuridad; lamentablemente, ésta parece volverse más densa y difícil de erradicarla.

El inicio de este 2024 no ha sido en las mejores circunstancias. Tal parece que una capa oscura ha cubierto al planeta entre el cierre del 2023 y el inicio del 2024.

Y es que es evidente que conflictos armados se viven en varios países del mundo, de los cuales, los que quizá más han sido difundidos en los medios internacionales son dos: Rusia vs. Ucrania, cuya guerra inició en febrero 2022; y el ataque terrorista que vivió Israel desde octubre 2023. Conflictos que no ven término aun, mientras recursos escasean y vidas se pierden irremisiblemente, no se avizora una salida, humanamente hablando.

Y claro, Rusia vs. Ucrania, esto es sólo un ejemplo de cómo nación contra nación se enfrenta, sin importar verdaderamente los intereses soberanos y los intereses de dos pueblos que detrás de las armas y ataques, sufren las decisiones de dos gobiernos que se oponen, de dos políticas contrapuestas.

Desde luego, el caso de Israel es diferente. Israel tiene que defender su casa del ataque terrorista. O acaso, ¿quién de nosotros invitamos sin oposición alguna a un potencial ataque terrorista a nuestros hogares? ¡Por supuesto que no! Estoy segura que de acontecer algo así en nuestro entorno; nos armaríamos de valor, nos pararíamos firmes y defenderíamos con los dientes, a capa y espada, a nuestra familia, a nuestros seres queridos; y no permitiríamos tales ataques.

Estos son solo dos ejemplos de lo que acontece en el mundo en este tiempo…conflictos aparentemente interminables.

Pero los conflictos armados también se viven de modo interno. Y prueba de ello es el caso de Ecuador. Tristemente el país vive un conflicto armado interno, en tanto, desde hace casi un mes, le ha declarado la guerra abiertamente a los terroristas que han estado operando en la nación desde hace años.

Por otro lado, la capa oscura se extiende aun más sobre el firmamento de nuestro mundo. ¿Sabía usted que ya se anuncian más pestes…más virus, más enfermedades a partir de este año? Sí, es lamentable conocer que al menos desde el segundo semestre del año pasado, ya se anunciaban virus más letales que Covid-19; y ya se anunciaban también vacunas y medicamentos para combatirlos. ¡Increíble no! ¿Cómo algunos organismos sabían con mucha anterioridad de una potencial nueva pandemia? Pues sí, desde hace meses e incluso al menos un par de años atrás ya se difundía con toda certeza que una nueva pandemia atacaría al mundo; y tal parece que el año 2024, será la plataforma para “esta muerte anunciada”.

Quiero citar dos intervenciones muy reveladoras:

En mayo de 2023, el Presidente de la OMS, expresó: “Aunque el COVID-19 ya no sea considerado una emergencia sanitaria pública global, los países deben seguir fortaleciendo la respuesta a la enfermedad y prepararse para futuras pandemias y otras amenazas, declaró el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

Y de otra parte, igualmente en el 2023, el reconocido Bill Gates, Presidente de la Bill & Melinda Gates Foundation puntualizó: “Necesitamos estar preparados para la próxima pandemia. No estábamos preparados para el Covid-19, así que debemos hacerlo mejor. Y debemos comprometernos a asegurarnos de que todas las herramientas lleguen a todos en el mundo. La experiencia, recursos y capacidades de fabricación de China nos ayudarán a satisfacer esas necesidades”.

Sí, es realmente increíble. Cuanto más leemos e investigamos sobre estos temas, sin duda, más sorprendidos nos sentimos.

Y bueno, tan solo para completar, por ahora, este cuadro; sí, los terremotos están a la orden del día. Iniciamos este 2024, como quien da la bienvenida a un año turbulento, con el terremoto de 7.6 de Japón, que estremeció fuertemente al país; y en sí al mundo, como quien se prepara para enfrentar fuertes sacudones y no solo en cuanto a terremotos se refiere, si no en las distintas esferas del globo.

Innegablemente hay una capa oscura que se extiende a lo largo y ancho del planeta; y que aunque ciertos gobiernos, autoridades y población en general luchan por hacerle frente y limpiar el planeta de esta oscuridad; lamentablemente, ésta parece volverse más densa y difícil de erradicarla.

A diferencia de los argumentos de los “optimistas”, el mundo en sí, queramos o no va en decadencia. Nos guste o no, el mundo va en declive y su destrucción es inevitable. ¿Por qué?

Simple aunque controversial para muchos. El mundo está cada vez más lejos de Su Creador, cada vez más se ha apartado de su Sustentador, su corazón se ha ensoberbecido por sus «logros”, por sus “alcances”, por su “éxito”; por el “avance” industrial, científico, tecnológico y mucho más. Y el hombre cada vez anhela más poder, más plata (dinero), más placer. Claro, todo esto, estando convencido de que es “autosuficiente” y cuenta con la “capacidad” suficiente para avanzar y alcanzar todo lo que se propone.

Pero en medio de todo este “avance” al mismo tiempo, más oscuridad se ha evidenciado.

Tristemente, en medio de esta podredumbre, incluso la tierra gime. Sí, así claramente lo expone la Palabra de Dios: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora…” (Romanos 8:22).

Y cómo no estar con dolores de parto, sí vemos que nuestro alrededor se destroza y la oscuridad se intensifica.

Hay un solo camino, una sola solución y ésa es Cristo Jesús. Si usted que por “casualidad” visitó nuestro blog; o porque realmente ya nos conoce; en verdad ésta no es una casualidad. Permítame ser enfática en esto, la oscuridad sólo puede ser combatida con la luz y la luz, es Cristo Jesús, quien directamente lo dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

El mundo está enfrentando una densa oscuridad; si usted quiere salir de ésta, el único camino es Jesús. Si aun no lo conoce y está interesado en hacerlo; no dude en tomar contacto con nosotros. El tiempo cada vez se acorta más, hoy puede ser su día de “fuera de la oscuridad”, su día de salvación, para mañana puede ser tarde.

Para concluir, le invito a reflexionar en esta Palabra:

“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. (Mateo 24:6-8)

Fuentes:

https://news.un.org/en/story/2023/05/1136912

https://www.nytimes.com/2023/03/19/opinion/bill-gates-pandemic-preparedness-covid.html

¡Navidad en oración!

«No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…»  

 

En esta Navidad, «Hacia la Excelencia» tomamos un tiempo para orar por nuestros fieles lectores alrededor del mundo.

Y oramos para que la paz de Cristo Jesús, el Salvador del mundo, la paz que sobrepasa todo entendimiento sea derramada en la vida de cada uno de nuestros lectores. Que en medio de las turbulencias e incertidumbres que pueden estar rodeando este tiempo de Navidad, Jesús, el Príncipe de Paz,  sea manifiesto en sus vidas.

Para aquellos que tienen ya el privilegio de tener una relación personal con Jesús, que esa relación sea aún más fortalecida, que cada persona ponga su mirada en las «cosas de arriba» y no en las terrenales; que en medio de la confusión que vive este mundo, su mirada esté puesto en el Trono de Dios, trono que es inamovible. Que su confianza esté puesta en el Rey de reyes, Jesús, y no en los gobiernos y sistemas efímeros de este mundo.

Y por aquellos que aún no conocen a Cristo y no han establecido una relación personal con Él, oramos que toda venda espiritual sea retirada de sus ojos, y puedan reconocer en lo profundo de su corazón, que son pecadores, como todos porque la Palabra de Dios dice que «No hay justo ni aun uno»; y que vengan a arrepentimiento y a entender la necesidad de salvación para sus vidas. Que Cristo Jesús se revele sobrenaturalmente en sus vidas y les traiga salvación, paz, gozo y Su luz admirable en medio de las tinieblas que con certza están enfrentando.

Oramos para que el milagro de la primera Navidad, hace más de 2000 años, sea una extraordinaria realidad en esta Navidad, en el corazón de cada persona que decida disponer su corazón, como se dispuso el pesebre, para recibir al Mesías, al Salvador del mundo y que anhela ser el Salvador de su vida.

Es nuestra oración que todos estemos dispuestos a escuchar la dulce voz de nuestro amado Jesús, quien está tocando hoy a las puertas de nuestro corazón; y clara y confiadamente escuchemos: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo…» (Lucas 2:10).

Oramos así en el Nombre que es sobre todo nombre, en Cristo Jesús.

 

 

Pánico, desolación, desesperanza … ¿Dónde está su confianza?

«La crisis va más allá de lo que el esfuerzo humano puede hacer; va más allá de los recursos existentes».

 

Con certeza desde enero 2020, los distintos medios y las redes sociales nos han abrumado con millares de titulares, y que unos más que otros, han provocado temor, angustia, desesperanza, en definitiva, caos e inestabilidad.

En enero por ejemplo, “Incendios en Australia amenazan futuro de 327 especies protegidas de animales y plantas, dice el Gobierno”; también en enero, “Terremoto en Puerto Rico: cómo los sismos cambiaron la forma en que se ve la isla desde el espacio”; en febrero, “Al menos nueve muertos en el este de Turquía por un terremoto con epicentro en Irán”. Y seguramente, no nos ha sido ajeno el tan opinado tema sobre el “calentamiento global”.

Pues sí, la tierra ha enfrentado fuegos, ha temblado, se ha inundado, en diferentes lugares del planeta; y ciertamente, poblaciones han sido afectadas en distintas y críticas maneras; pero, de todos modos, cada uno de estos problemas han sido específicos, que han atacado específicos lugares. Y aunque sus vecinos y el mundo pudieron condolerse, nadie sufrió más que aquellos que en carne propia experimentaron estas tragedias. Por lo tanto, el dolor en sí fue sectorizado, por así llamarlo.

Ahora bien, más adelante, otros titulares se han sumado a los ya expuestos, así: “Reino Unido ‘bajo arresto domiciliario’ mientras coronavirus mide ‘poner fin a la libertad’”; “Coronavirus en Ecuador: Preguntas y respuestas sobre tratamiento de cadáveres en emergencia sanitaria”; “La pandemia podría reducir la economía mundial casi un 1% en 2020, dice la ONU”.

El panorama cambia drásticamente desde luego. Titulares de esta naturaleza, sobre un tema en particular, comienzan a surgir en los distintos países del mundo, uno tras otro, minuto a minuto; y tal parecería que, como el tic tac del reloj, noticia tras noticia, anuncian sobre el “enemigo invisible” – el COVID-19.

Enemigo, que al cierre de esta edición, ha atacado a más de un millón de víctimas y ha fulminado a 64.743 personas, alrededor del mundo. ¡Una verdadera tragedia!

Pero qué clase de enemigo es éste, que ha venido a trastornar la vida de todos los habitantes del planeta, como ningún otro. ¡El pánico ya no es sectorizado, es global! ¡El desastre ya no es sectorizado, es global!

¿Cómo salir de este encierro? ¿Cómo vencer al enemigo? ¿En quién confiar?  Son algunas de las tantas preguntas que se hace la humanidad en medio de esta crisis mundial. Y aunque el buen ánimo de algunos; el espíritu de motivación de otros; especialmente la tremenda buena voluntad y servicio abnegado de tantos más; y desde luego, la acción estratégica de los gobiernos que ciertamente no podemos dejar de mencionar; no obstante, no son suficientes para traer bienestar, ni salud, ni verdadera paz.

La crisis va más allá de lo que el esfuerzo humano puede hacer; va más allá de los recursos existentes. Ya no sólo es el virus como tal, que causa la enfermedad o incluso los lamentables decesos; es la tragedia emocional en el entorno familiar, en el entorno comunitario y en el entorno global.

Pero es ahí, cuando como seres humanos no tenemos a dónde volvernos, no tenemos lugar a dónde mirar para buscar refugio, cuando nos damos cuenta de nuestra vulnerabilidad, debilidad e impotencia para enfrentar lo desconocido; que navegamos en lo profundo de nuestro corazón y reconocemos que hay alguien, a quien podemos y debemos volvernos.

Ése alguien es Dios. Y la palabra “Dios” puede estar muy “manoseada”, muy “subutilizada”, muy “descontextualizada”. ¿Realmente el mundo tiene un verdadero entendimiento y conocimiento de quién es Dios?  ¿En verdad el mundo comprende acerca de la esencia y magnitud del Dios Creador de cielos y de la Tierra, de todo el universo y todo lo que en él hay?

Si en verdad, la humanidad entendiese la magnificencia de este Dios, entonces se uniría al Salmista de antaño, a David, y clamaría desde lo profundo de su corazón, en estos tiempos de crisis:

“Levanto la vista hacia las montañas,
  ¿viene de allí mi ayuda?
¡Mi ayuda viene del Señor,
 quien hizo el cielo y la tierra!…

“El Señor te libra de todo mal
    y cuida tu vida”.

 (Salmo 121:1-2,7  NTV)

 

Cuando entendemos que los recursos “humanos” se agotan, en medio de esta pandemia, no hay más sabia acción que volverse al Creador de la humanidad. No hay acción más sabia que volverse a Aquél que es el dador de la vida, a Aquél que salva y sana, a Aquél de quien fluye la verdadera paz.

¡No hay otro camino, que volverse al verdadero y todopoderoso Dios, a Jesucristo, la Vida misma, el Salvador del mundo, el Príncipe de Paz!

Mientras los noticieros proclaman pánico, desolación, desesperanza; solo aquél que pone su confianza en el Dios Eterno, Creador de cielos y de la tierra, tendrá la fuerza para proclamar serenidad, consolación y esperanza; entendiendo que su protección viene de lo Alto, de su Creador.

“¡Tú guardarás en perfecta paz
 a todos los que confían en ti;
 a todos los que concentran en ti sus pensamientos!
Confíen siempre en el Señor,
porque el Señor Dios es la Roca eterna”.

(Isaías 26:3-4  NTV)

 

Fuente: https://www.worldometers.info/coronavirus/

Fotos:  Cecy Yepez (1) & Envato Elements (2, 3, 4) – Diseño:  YNS

Navidad…¡El Salvador del mundo en un pesebre!

¿Has experimentado el caminar por un sendero sin fin?

«Había algo que nos movía a no detenernos, ni desanimarnos, sino a seguir a pesar de los obstáculos y quizá del cansancio que experimentábamos…»

 

Hace poco compartí de algunas actividades al aire libre, en las que tuve la oportunidad de hacer cortas y largas caminatas a lo largo de senderos en medio de bosques naturales. Fue una experiencia inigualable por lo que las disfruté estupendamente, a pesar de lo complicadas que se pusieron en determinados momentos.

Eventualmente uno de los senderos fue mucho más complicado que los otros, no sólo más complicado sino también más largo, casi sin fin. Y no sólo eso, sino que a lo largo de la caminata, muchos obstáculos aparecieron. Cuestas interminables que subir; algunos tramos cuesta abajo, resbaladizos por el lodo; de repente algunas zanjas que saltar; y en algunos casos, unos pequeños riachuelos o cochas que demandaban cierto impulso para atravesarlos.

Al ritmo del gorjeo espectacular de pajarillos que revoleteaban en medio del bosque y repentinamente acompañada por un par de caninos amigables que se unieron al grupo como si tomasen el papel de guías, la caminata por el sendero de repente tomó un matiz diferente. Y para algunos las fuerzas se agotaban; para otros con un descanso corto en medio del sendero y un poco de agua fue suficiente para recobrar fuerzas; para otros, fue algo tremendamente cotidiano, sabían que se enfrentarían a obstáculos y estaban listos a enfrentarlos.

Pero para todos, había algo que nos movía a no detenernos, ni desanimarnos, sino a seguir a pesar de los obstáculos y quizá del cansancio que experimentábamos…una sola cosa pero poderosa…nuestra meta, llegar a una de las majestuosas cascadas de la zona.

Y así fue, luego de casi dos horas, nuestros ojos no podían creerlo, delante de nosotros, uno de los espectáculos más maravillosos, la Cascada de Cóndor Machay, fruto de los deshielos del Nevado Cotopaxi, ubicado en la provincia Ecuatoriana del mismo nombre.

Que refrescante fue estar de pie frente a este espectacular escenario, no sólo por la brisa arrojada por la fuerza de la caída de las aguas de Cóndor Machay que

En la cascada Cóndor Machay

definitivamente traía frescura a nuestros rostros y cuerpos; sino porque también traía refresco a nuestras almas, al saber que logramos nuestra meta, descubrir la hermosura de Cóndor Machay, a más de 3.000 metros de altura. ¡Qué impresionante! ¡Qué extraordinario escenario en vivo y en directo!

El recorrer por estos senderos y en particular éste que nos llevaba a Cóndor Machay, a momentos parecía un sendero sin fin, interminable, irresistible, pero nuestros ojos estuvieron puestos en la meta, la invaluable meta que finalmente fue alcanzada y disfrutada.

¿Has experimentado el caminar por un sendero sin fin? ¿Te has puesto a pensar que el sendero de la vida a veces parece ser un sendero interminable y agobiante?

Muchas veces, el transitar por la vida puede parecer un sendero por el cual caminamos sin llegar a la meta. Enfrentamos ciertamente muchos obstáculos, pero desafortunadamente no alcanzamos nuestra meta. Ahora bien, ¿cuál es tu meta? ¿qué anhelas alcanzar al final de la vida?

Acaso, tener un matrimonio exitoso, hijos realizados como personas y como profesionales, un alto y respetable desarrollo profesional, negocios que alcancen su máximo esplendor; y todo ello, puede ser valorable y si se lo logra será realmente digno de admirarse. No obstante, todo esto por digno e invaluable que parezca se queda en el plano físico y en lo emocional. Pero, ¿qué hay del plano espiritual?

¿Pensamos quizá que después de todos los innumerables obstáculos vencidos y del éxito alcanzado en esta tierra, todo termina allí una vez que partamos de ésta?

Pues definitivamente no, Dios, nuestro Creador conforme dice Su Palabra, “…y ha puesto eternidad en el corazón de ellos…” (Eclesiastés 3:11). Somos seres eternos, una vez que partamos de esta tierra, viviremos -nuestro espíritu vivirá eternamente. La pregunta es ¿dónde?

Y mientras nuestra vida no tenga un propósito claro y que trascienda, todo éxito conseguido aun en medio de grandes obstáculos se convierte en logros pasajeros, temporales, fugaces e incluso en vanidades. ¿Por qué? Porque muchas veces todo lo que hacemos y con gran esfuerzo es simplemente para traer reconocimiento a nuestro propio nombre.

El escritor John Piper, en su libro, “Don´t waste your life” (No desperdicies tu vida) afirma: “Se trata de la grandeza de Dios, no de la importancia del hombre. Dios hizo al hombre pequeño y grande al universo para expresar con esto algo acerca de sí mismo”.

El momento en que reconozcamos que somos creaturas del Dios creador de cielos y de la tierra, del ser humano, de todo el universo y de todo lo que hay en él; nuestra perspectiva cambiará completamente. Somos seres creados por el gran Dios Todopoderoso y somos hechos a Su imagen y semejanza y fuimos creados para buenas obras; tal como lo dice Su Palabra: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

Entonces todo cobra sentido. No se trata de nosotros, sino de quién nos hizo y para qué nos hizo. Dios es quien da propósito a nuestras vidas, Él es el que cumplirá Su propósito en cada uno de nosotros (Salmo 138:8), claro está si nos volvemos a Él, si buscamos Su dirección, si anhelamos Su propósito en nuestras vidas.

La jornada de la vida es complicada, agotadora y confusa a momentos; pero si tenemos claro nuestro propósito y nuestros ojos están puestos en él, sabemos que todo obstáculo será finalmente superado. Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo (Juan 16:33). Y también dijo: “En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar” (Juan 14:2).

Hoy puede ser el día en que halles verdadera paz y salvación. Seguramente has estado caminando por senderos aparentemente sin salida, sin fin. Y a lo mejor, sin mayores logros. Pero Jesucristo te invita a que hoy dejes toda carga a Sus pies, que confieses tus pecados delante de Él, que descargues todo lo que te aqueja delante de Él. Jesús hoy mismo te escucha, escucha tu corazón y te invita a que descargues todo lo que te agobia y fatiga. Él es tu Salvador, tu Sanador, el que perdona todas tus maldades y está listo para recibirte con los brazos abiertos.

¿Has tratado de saltar o evadir tantos obstáculos y no has podido? Si hoy abres tu corazón completamente, sin reparos, te arrepientes de todo pecado, Jesús te promete la vida eterna en Su presencia, y además caminar junto a ti el sendero de la vida. Al final del sendero, con certeza te esperará la majestuosa fuente inagotable del agua viva, a Jesucristo mismo quien te recibirá con los brazos abiertos, quien enjugará tus lágrimas, quien refrescará tu alma.

Su Palabra dice: “ El SEÑOR mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes” (Deuteronomio 31:8).

 

Fotos:  Cortesía colegas CI