«Me apena la gente que está tratando de dejar su marca en el mundo y no conoce al Señor [Jesús]…¿Quién está transformando vidas hoy en día? ¿Buda? No. ¿Krishna? No. ¿Mahoma? No. Y hablo de transformar vidas para darles gozo».
John Edmund Haggai
Fundador y Presidente del Instituto Haggai para Liderazgo Avanzado, es verdaderamente un ilustre cristiano de impacto global. En más de 70 años de servicio, ha pastoreado 4 iglesias, ha llevado a cabo campañas evangelísticas alrededor del mundo y ha establecido un programa de liderazgo avanzado con más de 93.500 ex alumnos en 186 países. Es graduado del Instituto Bíblico Moody y de la Universidad Furman. El Dr. Haggai también ha recibido Doctorados Honoris Causa en los dos lados del Pacífico. A pesar de un intenso itinerario de viajes –incluyendo más de 100 viajes alrededor del mundo e innumerables jornadas intercontinentales –él es un prolífico autor. Su primer libro, Vence tus preocupaciones, ha vendido millones de copias en 19 idiomas.
Desafortunadamente, nuestro mundo está rodeado de desesperanza. ¿Podría compartirnos, de manera breve, sobre algún momento en su vida cuando sintió que perdió toda la esperanza y tal vez incluso dudó de que Dios fuera capaz de ayudarle? ¿Qué aprendió de esta experiencia?
Bueno, voy a sonar a que me estoy haciendo el “muy buenito y santito”, pero en verdad no recuerdo ningún momento de mi vida que haya perdido la esperanza. Lo que sí tuve fue una experiencia en Chicago cuando estaba estudiando. Yo nací en una familia Cristiana. Un día comencé a preguntarme quién sería yo si hubiera nacido en una familia budista, hindú o atea. Entonces lo que hice fue ponerme a estudiar acerca de eso, pero no necesité mucho tiempo para darme cuenta. Fui a la Biblioteca Newberry en Chicago y me puse a investigar. Esto fue cuando era estudiante en el Instituto Bíblico Moody. No se lo dije a nadie, pero no me tomó ni una semana descubrir que la resurrección de Jesucristo era un punto crucial, y eso fue lo que despejó todas mis dudas. Ninguna otra religión tiene algo así. Buda está muerto, Krishna también está muerto, todos los líderes de otras religiones están muertos. ¡Sólo Jesús está vivo y sigue transformando vidas! Los demás no transforman vidas. Ésa fue la única vez que dudé y me duró, si acaso, una semana.
¿Qué pueden hacer los líderes para revitalizar una visión recibida por Dios, cuando posiblemente han estado orando por mucho tiempo y pareciera ser que dicha visión no se está haciendo realidad?
Yo siempre he dado pasos muy serios al respecto. Lo primero es escribir la visión detalladamente. El Señor dijo a Habacuc: “Escribe la visión, y declárala en tablas…” (Habacuc 2:2).
Escriban la visión y háganlo detalladamente. Me he dado cuenta que para la mayoría de personas la visión que tienen no es más que un deseo, y además es algo amorfo, disperso, sin detalles.
¿Cuál es la visión? ¿Por qué piensan que va a honrar al Señor? Escriban eso. ¿Por qué alguien se opondría a esta visión? Escriban eso.
Y, ¿cómo van a lidiar con aquellos que se oponen? Escriban eso.
Yo creo profundamente en la importancia de escribir. Un filósofo francés dijo: “Sólo sé lo que pienso hasta que leo lo que escribí”. Así que, la escritura aclara el pensamiento. Francis Bacon dijo: “La escritura logra exactitud en el hombre”. De modo que escriban su visión.
Y después, ¿cuáles son los siguientes pasos a seguir? Si alguien va desde aquí [Atlanta] hasta Nueva York, nunca va a llegar allá en una hora y tampoco es que puede escoger el camino diciendo: “Ese camino se ve bien, creo que me voy por ahí”. No. ¿Qué pasos hay que dar, qué acciones hay que tomar?
Escriban metas específicas con pasos de acción sólidos.
En mi caso, todo el mundo se opuso a lo que hicimos aquí como ministerio porque nadie lo había hecho antes. Nadie lo había hecho. La denominación a la que pertenezco se opuso al igual que algunos de los evangelistas más famosos. Y estoy hablando de buenas personas, de personas de Dios. El presidente de la Asociación Nacional de Iglesias Evangélicas se opuso (ahora él está con el Señor, era un amigo muy querido de mi familia, un compañero pastor de mi padre en Massachusetts). Él iba por el mundo diciendo, “El joven Haggai está estableciendo misiones de hace 50 años”.
Así que no sean arrogantes, pero tampoco sean tímidos…y sonrían.
Lo que yo respondía era: “¿Ustedes entienden cuál es la visón? Díganme. Díganme cuál es la visión”. Y nadie lograba contestar, así que yo les preguntaba: “¿Entonces cómo pueden oponerse a algo que ni siquiera entienden?”
Entonces, día tras día, revisen lo que escribieron.
Puedo mostrarles cómo yo lo he escrito todo, y cómo lo reviso. Tienen que revisar sus escritos constantemente. Si un hombre se casa con una mujer y nunca le dice que la ama, en poco tiempo ese matrimonio va a tener problemas. El hombre usualmente dice: “Sabes que te amo”. Pero NO, él tiene que decirle que la ama.
Entonces, en relación con este asunto de la visión, si parece que no está funcionando ¿qué pasos ya se han dado? Si la visión es construir una gran congregación y ni siquiera tienen una iglesia, ¿qué pasos ya se han dado? ¿Por qué no invitar a algunos amigos a un estudio bíblico? El Dr. Johnny Hunt empezó únicamente con un grupito de personas y ahora tiene 7000, pero eso no surgió de la nada. Él tuvo una visión a la que le puso pies.
Lo que hay que hacer es tomar acción cada día, y si una persona hace esto todos los días, nunca se va a sentir desanimada. Así es como yo lo veo. Y es que sí, simplemente no hay tiempo para el desánimo. Desánimo significa ausencia de ánimo – “des-ánimo”. Tengo dos secretarias que han trabajado para mí por años y que me hicieron esta pregunta: “¿Alguna vez se deprime?” Les contesté con otra pregunta: “¿Acaso me han visto deprimido?” Su respuesta fue no. Entonces dije, “La depresión es para los perdedores”. Por supuesto que no estoy deprimido ¿Por qué habría de estarlo? Dios es mi Padre. El Señor Jesús es mi Salvador. El Espíritu Santo es quien me consuela en todo tiempo. El Cielo es mi hogar. ¿Por qué podría estar triste? Ni siquiera tiene sentido. Así es como yo avanzo en la vida. Si una visión no se está concretando, lo primero que pienso es en qué se está haciendo para concretarla.
El Instituto Haggai está celebrando 45 años de ministerio, capacitando a líderes de todo el mundo, y usted está celebrando sus 90 años de vida. Aunque podría parecer casi imposible, ¿podría resumir o definir todos estos años? ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción como fundador de este ministerio?
Bueno, mi mayor satisfacción ha sido que la gente que se capacita aquí regresa a los lugares a donde pertenece y responde de una manera increíble. Por ejemplo, uno de nuestros ex-alumnos es Eddie Villanueva de Manila, quien ha predicado como a un millón de personas en un solo fin de semana. Eso es satisfacción para mí. Otros de nuestros estudiantes han fundado hospitales o han plantado iglesias. Todo esto me hace sentir satisfecho.
No sé si pueda nombrar uno en particular. Pero cada vez que viajo a otros países y veo lo que nuestros ex-alumnos están haciendo, es algo que va mucho más allá de lo que alguna vez pude haber soñado. Jamás lo habría imaginado así, y creo que esa es la mayor satisfacción, el hecho de poder ser testigo de lo que ellos están logrando.
Usted acaba de mencionar uno o dos ejemplos, pero ¿podría recordar a alguna persona que, haciendo el trabajo que el Señor le ha encomendado, haya tocado su corazón profundamente y que incluso le haya hecho llorar por la transformación que esta persona está llevando a cabo en alguna nación o territorio?
No sé si pueda mencionar alguna específicamente. Mis emociones se expresan en lo profundo, pero desearía poder llorar. Mi llanto no sale, se queda dentro. Claro que lo que está pasando en China, donde tenemos ex-alumnos en todas las provincias, incluyendo el Tíbet, es algo que realmente me conmueve. Algunos de ellos tienen iglesias enormes, mucho más grandes que cualquiera de las iglesias que tenemos aquí.
También puedo hablar de lo que pasa en Indonesia. Acabo de recibir un e-mail. El dinero es siempre un reto, puesto que no podemos hablar mucho al respecto. La razón por la cual tenemos que estar callados es que este tema podría poner a algunos de nuestros ex-alumnos en riesgo porque trabajan en naciones donde existe el terrorismo, terroristas suicidas, y todas esas cosas. Entonces, nos mantenemos callados por el bien de nuestros hermanos. Y bueno, manejar millones de dólares en secreto es un gran reto, sin embargo recibí un e-mail de un hombre de Indonesia que decía: “En honor a su cumpleaños número 90, le estoy enviando USD 500.000”. Bien, ese acto conmovió profundamente mi corazón. Y desconozco la razón por la cual el Señor tocó el corazón de este hombre en este momento.
Es muy probable que algunos lectores del blog “Hacia la Excelencia”, que no necesariamente están comprometidos con la fe Cristiana, lean esta entrevista. ¿Qué les diría a estas personas? ¿Qué necesitan para vivir una vida plena y alcanzar el verdadero éxito?
La pregunta es, ¿Qué componentes de su vida, que ha mantenido por la cantidad de años que el Señor le ha dado, 20, 30, 40 o 50 años, van a hacer que al final usted sea una persona feliz? Y usted puede responder “Bueno, -esto o aquello- es algo de lo que estoy sumamente agradecido. Estoy contento porque mis hijos van a ser beneficiarios directos de esto”. Si usted no puede mencionar algo así, entonces por ahí hay alguna cosa que está totalmente mal.
¿Alguna vez escuchó hablar de la apuesta de Pascal? Pascal, el matemático y filósofo del siglo XVII dijo que sólo hay dos opciones: hay o no hay Dios. Si asumimos que no hay Dios, obviamente no tendremos esperanza, para nada. Pero si asumimos que sí hay Dios tenemos todo por ganar. Y si al final Dios no existiera, tampoco habremos perdido nada. Eso es a groso modo lo que Pascal afirmó. Cualquiera puede buscar “La apuesta de Pascal” en Google. ¡Es muy interesante!
Me apena la gente que está tratando de dejar su marca en el mundo y no conoce al Señor. No me refiero a ser bautista, presbiteriano o pertenecer a cualquier otra denominación. De lo que estoy hablando es de tener una relación personal con Jesús, la Persona. ¿Cómo puede alguien estudiar Su vida y negar que Él fuera diferente que cualquier otro líder? No lo sé.
¿Quién está transformando vidas hoy en día? ¿Buda? No. ¿Krishna? No. ¿Mahoma? No. Y hablo de transformar vidas para darles gozo. Muchas de estas personas tienen mucha energía o tomarán acciones fuertes, pero no muestran evidencia de tener gran gozo en sus núcleos familiares.
Así que les diría que estudien, que lean acerca de esto y que descubran por qué algunos de los líderes más grandiosos encontraron que ser hijos de Dios era un camino absolutamente consistente. Pregúntense por qué John D. Rockefeller era hijo de Dios. Pregúntense por qué Howard Kelly de Johns Hopkins (Hospital y Universidad) descubrió ser consistente el ser un científico, un médico y un discípulo de Jesucristo. Pregúntense porqué el Dr. William Lyon Phelps de la Universidad de Yale dijo que si tendría que escoger entre la educación universitaria y el conocimiento de la biblia, él se quedaría con la segunda opción (*). ¿Por qué lo hizo? Estudien todo esto y luego saquen sus propias conclusiones.
Entonces ¿qué es lo que ha hecho que usted sea una persona feliz?
El conocimiento de que le pertenezco a Dios y que tengo todos los recursos que necesito para enfrentar lo que venga. Tuvimos un hijo que fue tratado brutalmente por un médico en estado de embriaguez. La supervisora de enfermeras dijo: “Voy a poner mis 23 años de carrera en riesgo, pero voy a testificar si usted quiere hacer una demanda”.
“No, yo no soy una persona de litigios. ¿Para qué le voy a demandar? Estoy seguro que ese hombre ha sufrido un tremendo sacudón”, dije. Ése fue el peor error que pude haber cometido en mi vida y le diré porqué. Resulta que ese hombre repitió ese tipo de conducta brutal por seis veces más hasta que terminó asesinando a su esposa y al doctor que estaba tomando acciones para suspender su licencia médica. Al final se suicidó, pero todo esto pudo haberse evitado si yo tomaba alguna medida, pero yo no creo en aserrar el aserrín o llorar sobre la leche derramada. Dios conoce mi corazón y eso fue todo.
Ver a Johnny en estado espástico porque no podía caminar ni hablar, aún cuando tenía una mente brillante… El Dr. Eugene Spitz de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania dijo que no tenía la menor duda de que si él pudiera hablar y tomar un test de coeficiente intelectual su resultado sería mayor a 170. Pero lo único que se puede decir en esos casos es: “Sí, Padre, porque ésa fue tu buena voluntad.” Y Él se encargará de todas estas cosas cuando estemos en Su gloria.
^-^-^-^-^
(*) “Yo creo completamente en la educación universitaria para hombres y mujeres, pero yo creo que el conocimiento de la Biblia sin la educación superior es más valorable que la educación universitaria sin la Biblia”.
William Lyon Phelps
Para conocer más sobre el Haggai Institute haga click aquí
Comentarios recientes