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¡Nuevo año – nueva vida!

«La vida del ser humano es tan fugaz».

¡2023 – no es sólo un digito más, representa una nueva oportunidad! Con certeza muchos alrededor del mundo han comenzado a trabajar en sus “resoluciones de nuevo año”, resoluciones que desafortunadamente irán apagándose conforme pasan los días y si acaso un par de meses. Pocos son los que mantienen viva la esperanza y los ojos puestos en alcanzar la meta.

Pero todos deberíamos ir más allá de escribir poéticamente un par de “resoluciones de nuevo año”; y deberíamos tomar un tiempo prudencial para meditar en lo profundo de nuestro corazón y evaluar nuestra vida a la luz de nuestro “manual de vida”. ¿Cuál es ése “manual de vida”, se preguntarán algunos? Pues bien, el único “manual de vida” que cada ser humano tiene y debe tener es la Biblia.

Para algunos la Biblia lamentablemente es ya un libro obsoleto, de antaño, sin valor alguno en la era en la que vivimos. Para otros, la Biblia, es casi casi un “amuleto”, se gozan en tenerlo como un maravilloso adorno y signo de “buena suerte” en alguna de sus habitaciones. Pero felizmente para muchos otros, la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios, es el “manual de vida” que el Creador ha dado a Su Creación y más aun a quienes son Sus hijos e hijas.

Y la Palabra de Dios nos dice “…no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14).

Y sí, la vida del ser humano es tan fugaz. Es casi un sueño mientras los padres crían a sus pequeños, los ven gatear, caminar, correr y casi desaparecer en la adultez – sus estudios, sus negocios, sus compromisos, sus nuevas familias. “El tiempo vuela” dicen algunos; y en verdad es así. ¿Qué son 70 – 80 años? En algunos casos quizá mucho menos o quizá unos cuantos años más. Pero ¿qué son algunas décadas comparado con la eternidad? El tiempo vuela, la vida terrenal es realmente fugaz.

El Salmista David sabiamente nos dice: “Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría” (Salmo 90:12 – NTV). Y es que nadie tenemos garantizado el día de mañana; no obstante, mientras la gracia de nuestro Creador nos permita estar en este planeta, debemos anhelar vivir una vida llena de sabiduría, de amor, de gracia y de servicio al prójimo.

Y quizá todo el que lee puede decir, yo vivo esa vida, pero deberé ser muy clara, nadie vive, ni vivirá una vida verdaderamente sabia, sin haber conocido personalmente al Dador de la vida y a la Fuente de la sabiduría, a Cristo Jesús.

Por ello, en este inicio del Nuevo Año 2023, le invito a evaluar su vida y reenfocarla si es necesario, de modo que el Creador de Cielos y de la Tierra, de todo el universo, no sólo sea Su Creador, sino que le permita entrar en su vida y abrazarlo como sólo un Padre sabe hacerlo.

Y para ello, solo se necesita reconocer 3 cosas simples pero profundas a la vez:

  1. Todos somos pecadores – No hay justo ni aun uno, nos dice la Biblia (Romanos 3:10).
  2. No puedo hacer nada por mí mismo para limpiarme de mis pecados. No hay esfuerzo humano que pueda borrar la maldad que hay en el corazón del hombre (Jeremías 17:9).
  3. Reconozco que sólo el sacrificio perfecto de Cristo en la cruz, es lo único que me limpia de todo pecado y que al aceptar a Jesús como mi único Salvador, es lo único que me trae de muerte a vida, de las tinieblas a la luz. Es el único camino para pasar de “criatura” a “hijo o hija de Dios” (Juan 1:12).

En este inicio del 2023, le animo a tomar la decisión más grande de Su vida, si aun no la hecho. Dios, Su Creador lo está esperando con los brazos abiertos – acepte Su invitación, no la deje para mañana, porque mañana puede ser ya demasiado tarde.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesús), para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él”.  (Juan 3:16-17)

2023 – Nuevo Año – Nuevo Tú

¡Nuevo Año – nueva vida en Cristo Jesús!

NOTA:  Si le gustaría conocer más acerca de Jesús y como tener una relación personal con Él, por favor, contáctenos.

La excelencia comienza en el corazón del ser humano – Introducción

«Todo lo que Dios es y hace está marcado por la excelencia”.

Andreas Köstenberger

Hace unos años atrás tuve la oportunidad de hacer un viaje en submarino en Hawái. Un corto pero sorprendente viaje hacia el fondo del mar, donde las maravillas del mundo marino sólo vistas en la pantalla chica y en la grande, se convirtieron mágicamente en una hermosa realidad. Esta increíble experiencia fue simplemente la confirmación de que estemos donde estemos, siempre estaremos rodeados de belleza y magnificencia.[1]

Pero no sólo eso, fue una extraordinaria experiencia, en tanto me llevó a una insondable reflexión. Así como aún en las profundidades del mar el Dios Trino Creador dejó su marca de excelencia; así mismo, el Dios Trino Creador dejó esa misma marca de excelencia y aún superior, en las profundidades del corazón del ser humano, el pináculo de Su creación.

Andreas Köstenberger, en su libro “Excellence: The Character of God and the Pursuit of Scholarly Virtue” [Excelencia:  El carácter de Dios y la búsqueda de la virtud académica] manifiesta:

“Los teólogos sistemáticos normalmente no citan a la excelencia como uno de los atributos de Dios…Sin embargo, la excelencia se puede ver como un atributo divino general que abarca a todos los demás. Todo lo que Dios es y hace está marcado por la excelencia”. (Köstenberger 2011)

Y como ya lo hemos anotado también en los artículos anteriores, la marca de la excelencia de Dios está presente en toda la creación; consecuentemente en el ser humano.

Wernher von Braun, el reconocido científico alemán que nos trajo a la era espacial fue quien sentó las bases para los teléfonos celulares, la radio satelital, Internet, GPS y el radar Doppler. Pero no sólo eso, sino que especialmente sostenía una firme creencia en el Dios Creador de la Biblia. Y citamos precisamente a Von Braun porque luego de su conversión al cristianismo fue un fuerte proponente de la fe la cristiana y del creacionismo, defendiendo así que el creacionismo era una teoría científica factible para el origen del universo, la vida y el hombre.[2] Y precisó:

“Ser forzado a creer…que todo en el universo sucedió por casualidad violaría la misma objetividad de la ciencia. Ciertamente, hay quienes sostienen que el universo evolucionó a partir de un proceso aleatorio, pero ¿qué proceso aleatorio podría producir el cerebro de un hombre o el sistema del ojo humano?” (Bergman 2014)

La ciencia con todos y sus avances aún se admira de lo extraordinario de la estructura, composición y funcionamiento del cuerpo humano, como es el caso de quienes estudian el cerebro humano y toda la complejidad que éste conlleva; que, sin duda alguna, sigue dejando tremendamente asombrados a quienes sin descanso, avanzando en investigación tras investigación, no paran hasta precisar la magnitud y profundidad de este órgano. 

Según un artículo del “Institute of Creation Research” [Instituto para la investigación de la creación], los investigadores encontraron la neurona etérea de rosa mosqueta, y Sherwin, su autor dice:

“…en muestras post mortem y en secciones de tejido cerebral de procedimientos quirúrgicos. Curiosamente, esta neurona recién descubierta no se encuentra en ratones. Son exclusivos de los humanos, y las neuronas de rosa mosqueta pueden activar un conjunto único de genes en ese único tipo de célula cerebral”. (Sherwin 2018)

Extraordinario como es el cerebro, aunque pequeño en su estructura física, apenas 3 libras si hablamos del cerebro de un adulto, maneja la información de 1000 supercomputadoras. El cerebro es como si fuera un centro de comunicaciones, y tuviera una computadora, una biblioteca y una video cámara, todo en uno solo. ¡Y cuanto más se usa el cerebro, mejor se vuelve![3]

¿No es fascinante? Pero hay aún algo mucho más fascinante en el ser humano, y si se quiere algo altamente impenetrable. ¡Su alma! ¿Por qué? Porque el alma representa el ser mismo de una persona.

Próximamente más sobre “la marca de la excelencia de Dios”, un tema profundamente extraordinario.

 

[1] Cecilia Yépez, “La Excelencia comienza en el corazón – Parte 1”, Blog “Hacia la Excelencia”, https://hacialaexcelencia.org/2017/02/28/la-excelencia-comienza-en-el-corazon-parte-1/

[2] Jerry Bergman, “Wernher von Braun: The Father of Space Flight,” Institute of Creation Research, https://www.icr.org/article/wernher-von-braun-father-space-flight

[3] Donald B. DeYoung, “Thinking about the Brain,” Institute of Creation Research, https://www.icr.org/article/thinking-about-brain/

 

 

La excelencia de Dios en la creación – Un diseñador inteligente, un universo de remarcable precisión y el origen de la vida

“Un hombre honesto, armado con todo el conocimiento disponible en la actualidad, solo podría afirmar que, en cierto sentido, el origen de la vida hasta el momento parece ser casi un milagro, ya que las condiciones que se necesitan cumplir para que surgiera son demasiadas”.

Francis Crick

Hoy concluimos con este artículo el primer capítulo del estudio que Hacia la Excelencia comenzó a compartir un par de meses atrás sobre «El Dios de la creación como autor y ejemplo de excelencia», extractos sobre la investigación de este apasionante tema.

Lee Strobel defiende la existencia de un Diseñador Inteligente desde la evidencia de la Astronomía; y así manifiesta que la posición de la Tierra en el universo y sus procesos geológicos y químicos intrincadamente coreografiados trabajan juntos con una eficiencia exquisita para crear un lugar seguro para que vivan los humanos. Y Strobel cita al astrofísico John A. O’Keefe, de la NASA:

“Si el universo no se hubiera hecho con la precisión más exigente, nunca podríamos haber existido.  En mi opinión, estas circunstancias indican que el universo fue creado para que el hombre viva”. (Strobel, The Case for a Creator 2014)

Por otro lado, el astrónomo Guillermo González y el filósofo científico Jay Wesley Richards manifestaron que:

“…tomaría una estrella con las propiedades altamente inusuales de nuestro sol para nutrir a los organismos vivos en un planeta circundante. Entre las propiedades se citan:  la masa correcta, la luz correcta, la edad correcta, la distancia correcta, la órbita correcta, la galaxia correcta, la ubicación correcta. Por lo tanto, numerosos factores hacen que nuestro sistema solar y nuestra ubicación en el universo sean perfectos para un entorno habitable”. (Strobel, The Case for a Creator 2014)

Y en efecto, la creación del universo y su precisión es un tema que se ha discutido ampliamente desde distintas esferas y a lo largo de décadas. Millard J. Erickson, en su libro “Christian Theology” [Teología Cristiana], anota que el debate de la gran evolución a principios del siglo XX pone en claro que mientras la Teología y la Ciencia avanzan en cursos paralelos la mayor parte del tiempo sin cruzarse en un tema común; en cambio, el problema del origen del mundo sí es uno de los puntos donde ellas definitivamente se encuentran.[1]

Por ello, en tanto abordamos el tema de la precisión del universo, amerita en este punto analizar la Evolución Darwinista vs. el Diseño Inteligente. “El Origen de las Especies”, conocida publicación de Darwin en 1859 expone sobre la evolución biológica, cuya teoría provee una hipótesis completamente naturalista que pretende explicar el diseño aparente de los sistemas teleológicos naturales como los globos oculares.  Es así como manifiesta James E. Taylor, en “Introducing Apologetics” [Introducción a la Apologética] que la explicación Darwiniana de la teleología biológica natural incluye 3 aspectos importantes: (1) cambio genético aleatorio, (2) selección natural y (3) herencia genética.[2]  Y dicha explicación se desarrolla así:

“Organismos complejos y órganos como los globos oculares han evolucionado durante un largo período de tiempo a partir de formas de vida múltiples.  Este proceso de evolución biológica de formas más simples a más complejas tuvo lugar mediante cambios genéticos aleatorios (mutaciones) que ocurrieron en formas más simples durante el proceso reproductivo. Es decir, un organismo produce una descendencia que difiere de éste en algún aspecto importante”. (Taylor 2006)

Así, según la Teoría Darwinista, tales alteraciones accidentales y no planificadas en las partes de los organismos biológicos tienen valor de supervivencia para los organismos o no. Si tienen un valor de supervivencia, entonces el organismo que los adquirió tenderá a adaptarse mejor a su entorno. Si no tienen un valor de supervivencia, entonces el organismo no tendrá tantas probabilidades de adaptarse, y, por lo tanto, no tendrá tantas ganas de sobrevivir. Ésta es la idea de la supervivencia del más apto o más fuerte.  Por lo tanto, la “selección natural” propuesta por Darwin es:

“…el nombre dado a este proceso de eliminación de organismos que ocurre naturalmente como resultado del grado en que pueden sobrevivir. Los organismos que heredan rasgos que les permiten adaptarse mejor a sus entornos están ´seleccionados´ por naturaleza. (Taylor 2006)

Sorprendentemente, Charles Darwin en su libro, “The Origin of Species” [El Origen de las Especies] identificó un medio para refutar su teoría:

“Si pudiera demostrarse que existió algún órgano complejo que posiblemente no podría haberse formado por numerosas, sucesivas y ligeras modificaciones, mi teoría se derrumbaría por completo”. (Taylor 2006)

Así, Darwin increíblemente reconoció que, si alguien identifica un sistema biológico que no pudo haber sido construido en pasos graduales durante largos períodos de tiempo, entonces su teoría sería inválida.

En este punto, es propicio que abordemos lo inherente a la evidencia del diseño de máquinas moleculares que ciertamente desafían la explicación de la “selección natural” de Darwin.

El biólogo y apologeta cristiano Michael J. Behe, en su libro “Darwin´s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution” [La caja negra de Darwin: El reto de la bioquímica a la evolución] argumenta que existen sistemas integradores y complejos en organismos biológicos, a los cuales los denomina “irreduciblemente complejos”, estos incluyen circuitos de señales transductibles, motores sofisticados y todo tipo de circuitos biológicos; tal como lo explica y sintetiza, el Doctor Stephen C. Meyer, en una larga entrevista otorgada al periodista Lee Strobel.[3]

Meyer así mismo precisa:

“Estas máquinas biológicas necesitan todas sus partes variadas para poder funcionar. La selección natural solo preserva cosas que desarrollan alguna función, en otras palabras, lo que ayuda al organismo a sobrevivir en la siguiente generación. Esto es la supervivencia más fuerte. (Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia a Dios 2005)

Según Meyer, los sistemas complejos irreducibles tienen un problema y es que no tienen ninguna función hasta que todas sus partes están presentes y trabajando juntas en coordinación una con otra. Así que, la selección natural no puede ayudar a construir dichos sistemas; solo puede preservarlos una vez que son construidos.

Por lo tanto, añade Meyer, en su referencia al argumento de Behe que es imposible para la evolución dar un salto tan grande solo por casualidad y crear un sistema completo a la vez. Esto, por cierto, conduce a la formulación de la siguiente pregunta: “¿Cómo surgió la máquina bioquímica? Y entonces Meyer cita:

“Behe dice que es probable que estos sistemas biológicos parezcan diseñados porque realmente fueron diseñados.  Después de todo, cuando vemos sistemas irreduciblemente complejos y sabemos cómo se formaron, invariablemente un diseñador los hizo”. (Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia a Dios 2005)

Para Behe, la noción de complejidad irreductible la resume así:

“…un solo sistema compuesto por varias piezas armónicas e interactuantes que contribuyen a la función básica, en el cual la eliminación de cualquiera de estas piezas impide al sistema funcionar”. (Collado 2007)

Y para explicar esta noción, Behe toma como ejemplo un artefacto si se quiere casero – la trampa para cazar ratones. Se observa a simple vista que ésta está compuesta por un conjunto de piezas que interactúan conforme a un diseño específico y para alcanzar también un fin en particular. Quienes analizan este instrumento, llegan a la conclusión que el sistema de piezas que lo componen no ha sido dispuesto al azar. Se descarta, por cierto, que el sistema se haya formado gradualmente y a causa de una serie de pasos intermedios que han ido mejorando el sistema por un mecanismo de tipo darwiniano. Para que este instrumento funcione, se requiere que estén todas y cada una de las piezas dispuestas según el orden previsto o en definitiva el sistema no funciona.[4]

Para graficarlo de mejor manera, Behe, en su libro “La caja negra de Darwin” así lo expone:

“Por extraño que parezca, la bioquímica moderna ha demostrado que la célula es operada por máquinas: literalmente, máquinas moleculares. Como sus equivalentes artificiales (ratoneras, bicicletas y naves espaciales), las máquinas moleculares van desde lo simple hasta lo sumamente complejo: máquinas mecánicas que generan energía, como en los músculos; máquinas electrónicas, como en los nervios; y máquinas de energía solar, como en la fotosíntesis. Desde luego, las máquinas moleculares están hechas de proteínas, no de metal y plástico”. (Collado 2007)

Por otra parte, según Behe el flagelo bacteriano por ejemplo es literalmente un motor fuera de borda que algunas bacterias usan para nadar. De hecho, Behe acepta el desafío de Darwin argumentando que el flagelo bacteriano y otros sistemas subcelulares son irreductiblemente complejos y, por lo tanto, no pueden formarse mediante numerosas modificaciones sucesivas y leves.[5]

En pocas palabras, el argumento de Behe en contra del Darwinismo se cita así:

  • “Algunos sistemas biológicos como el flagelo bacteriano son irreductiblemente complejos.
  • Si un sistema biológico es irreductiblemente complejo, entonces no pudo haber surgido únicamente mediante un proceso de evolución por selección natural.
  • Si hay sistemas biológicos que no han surgido únicamente mediante un proceso de evolución por selección natural, entonces el Darwinismo es falso.
  • Por lo tanto, el Darwinismo es falso”. (Taylor 2006)

Así, continuando en línea con estos análisis y reflexiones, cabe señalar que, para el Doctor Meyer, por su parte, la ciencia y la fe apuntan hacia la misma verdad. De hecho, Meyer convencido afirma:

“Yo creo que el testimonio de la ciencia apoya al teísmo. Mientras que siempre va a haber puntos de tensión o conflictos sin resolver, el avance más grande en la ciencia en las últimas cinco décadas ha sido caminar de manera fuerte en la dirección del teísmo…La ciencia, bien hecha, apunta hacia Dios”. (Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia a Dios 2005)

Y un magnífico ejemplo de la ciencia apuntando hacia Dios es precisamente el origen de la vida y el origen de la información necesaria para traer existencia de vida. Esta información es almacenada en el ADN (ácido desoxirribonucleico) y en las proteínas moleculares.

Así, Richard Dawkins, biólogo británico, afirmó lo siguiente:

“El código de la máquina de los genes es misteriosamente parecido a las computadoras”. (Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia a Dios 2005)

Como sabemos, destaca Meyer, las computadoras operan a través de programas de software, los mismos que han sido diseñados por ingenieros inteligentes. Y efectivamente, la información en sí, háblese un código de computadora, inscripciones jeroglíficas o un libro, todo esto apunta hacia la inteligencia. Del mismo modo es verdad acerca de la información de cada célula en cada criatura viviente.[6]

De hecho, el conocido desarrollador de software, Bill Gates, así lo corrobora:

“El ADN es como un programa de computación, pero extremadamente más avanzado que ningún software que se haya creado”. (Meyer 2009)

Entonces, el ADN almacena las instrucciones de ensamblaje para construir las muchas proteínas y máquinas de proteínas cruciales que dan servicio y mantienen incluso a los organismos unicelulares más primitivos.

En esta línea, una nota curiosa. Establecido por primera vez en 1985 por Sir Alec Jeffreys, las pruebas de ADN se han convertido en un método cada vez más popular de identificación e investigación. Como es conocido los genes son los planos de la vida y controlan todo, desde el color del cabello hasta el azúcar en la sangre, diciéndoles a las células qué proteínas deben producir, cuánto, cuándo y dónde. Los genes existen en la mayoría de las células. Y dentro de una célula hay una larga cadena de ADN químico. La parte del ADN que determina qué proteína producir y cuándo, se llama gen.[7]

Y los beneficios de las pruebas del ADN son amplios. En 1988, por ejemplo, Colin Pitchfork se convirtió en el primer asesino y violador británico, quien fue atrapado como resultado de las pruebas de huellas dactilares de ADN.[8]

Por otro lado, la información proporcionada con las pruebas de ADN también ha ayudado a personas encarceladas injustamente como los norteamericanos Gary Dotson (Illinois) y Dennis Halstead (Nueva York) a obtener su libertad en 1989 y 2003, respectivamente.[9]

Aquí cabe resaltar que el origen de la vida y de la información biológica es un tema que ha cautivado a muchos, desde las altas esferas científicas hasta el común de los mortales. Y se observa claramente, que los grandes hallazgos científicos como el ADN, no sólo que apuntan a la confirmación de la existencia de un ser inteligente detrás de la creación de todo el universo; sino que, estos mismos hallazgos puestos en práctica en la vida diaria, contribuyen al crecimiento, desarrollo y cuidado de la sociedad; como el caso de las pruebas técnicas del ADN para hacer justicia en casos relacionados con el crimen, o en casos inherentes a la paternidad responsable.

Así, el investigador alemán Bernd-Olaf Küppers, cuyos intereses científicos cubren una amplia gama de problemas centrados en la pregunta fundamental sobre el origen y la evolución de la vida, concluye:

“El problema del origen de la vida es claro y básicamente equivalente al problema del origen de la información biológica”. (Meyer 2009)

En el libro “Life itself” [La vida misma], Francis Crick, materialista filosófico admitió:

“Un hombre honesto, armado con todo el conocimiento disponible en la actualidad, solo podría afirmar que, en cierto sentido, el origen de la vida hasta el momento parece ser casi un milagro, ya que las condiciones que se necesitan cumplir para que surgiera son demasiadas”. (Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia a Dios 2005)

Y por su parte, Stephen C. Meyer, autor de “Signature in the Cell” [Firma en la célula] afirma que, en la Teoría de la Evolución, Charles Darwin, nunca pretendió descubrir el misterio del origen de la información biológica. Para el naturalista inglés, dicho origen resultó siempre un ministerio impenetrable.[10]

¿Misterio impenetrable? Para asombro de la humanidad, cada vez, el origen de la vida se revela aún más y más. Y en efecto, el descubrimiento más revelador ha sido efectivamente aquel cuando James Watson y Francis Crick dilucidaron sobre la estructura del ADN. Hace más de medio siglo, gracias a Watson y Crick se descubre que cada célula posee un sistema complejo y avanzado de procesamiento y almacenamiento de información que supera en gran manera a cualquier sistema de computación.

Y el famoso científico inglés, astrónomo, teólogo y autor, Isaac Newton, hace ya 3 siglos, en su obra maestra Opticks, publicada en 1704, reflexionó:

“¿Cómo se inventaron los cuerpos de los animales con tanto arte, y para qué fines fueron sus diversas partes? ¿Se ideó el ojo sin habilidad en la óptica y el oído sin conocimiento de los sonidos? …Y estas cosas siendo despachadas correctamente, ¿no parece un fenómeno que haya un ser incorpóreo, viviente, inteligente? (Meyer 2009)

Estas aseveraciones fruto de largos años de estudio e investigación científica, son solo pequeñas muestras de que el universo y el origen de la vida misma están respaldados por un Creador inteligente, un Creador de orden, un Creador sabio, un Creador Todopoderoso, un Creador de excelencia.

Y ya la Palabra de Dios, Dios mismo lo anunció, siglos atrás.  Así en Jeremías, escrito entre el 627 a.C. y el 586 a.C., poéticamente lo manifestó:

“El que hizo la tierra con Su poder, el que puso en orden el mundo con Su saber, y extendió los cielos con Su sabiduría; a Su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia; y saca el viento de Sus depósitos”. (Jeremías 10:12,13)

Pero ese mismo Creador Todopoderoso, es quien no sólo desplegó Su excelencia al hacer los cielos y la tierra, el universo como tal, sino también todo lo que en él hay. Dios, el Creador, desplegó y dejó también Su marca de excelencia de singular manera al hacer a la humanidad, a la obra maestra de Su creación, tal como sublimemente lo expresa el Salmista:

“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien”. (Salmo 139:13,14)

Así y para concluir, la cita de Mark DeVine es propicia para este cierre:

“Es precisamente como criatura que la humanidad es imago dei y la inclusión de la humanidad dentro del resto del orden creado puede extraer el divino superlativo ´muy bueno´”. (DeVine 2019)

Hacia la Excelencia continuará compartiendo extractos de su investigación sobre «El Dios de la creación como autor y ejemplo de excelencia» a lo largo del 2022. ¡Espere nuestros próximos artículos! ¡Un muy bendecido Año Nuevo 2022!

[1] Millard J. Erickson, Christian Theology (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2003), 393.

[2] James E. Taylor, Introducing Apologetics (Grand Rapids, MI:  Baker Academic, 2006), 131-133.

[3] Lee Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia Dios (Miami, FL:  Editorial Vida, 2005), 1767 – 1772.

[4] Santiago Collado, Análisis del Diseño Inteligente (España: Universidad de Navarra, 2007), 10.

[5] James E. Taylor, Introducing Apologetics (Grand Rapids, MI:  Baker Academic, 2006), 133-134

[6] Lee Strobel, El Caso del Creador: Un periodista investiga evidencias científicas que apuntan hacia Dios (Miami, FL:  Editorial Vida, 2005), 1757 – 1760.

[7] Live Science, “DNA and Genes,” Live Science,  https://www.livescience.com/topics/dna-genes/7

[8] Live Science, “DNA and Genes,” Live Science,  https://www.livescience.com/topics/dna-genes/7

[9] Innocence Project, “200 Exonerated – Too Many Wrongfully Convicted: An Innocence Project Report on the First 200 DNA Exonerations in the U.S.”, https://www.innocenceproject.org/wp-content/uploads/2016/10/ip_200.pdf

[10] Tendencias 21 – Tendencias de las religiones, “Un nuevo libro basa el diseño inteligente en el ADN celular,” Tendencias 21, https://www.tendencias21.net/Un-nuevo-libro-basa-el-diseno-inteligente-en-el-ADN-celular_a3987.html

El Creador prepara el hogar para Su obra maestra – el ser humano

«Dios creó todas las cosas para preparar una casa y una posada…después de que todo lo que pertenece a la esencia de una casa está listo, el hombre es traído…» 

[Las obras de Lutero]

La creación ciertamente revela a su Creador. Su poder, majestuosidad, sabiduría, ingenio y cuidado.

El Creador arma una composición artísticamente bella e incomparable con una extraordinaria e interminable gama de elementos:  Luz visible en el esplendor del día y densa oscuridad en la calma de la noche. El cielo con sus estrellas, la inmensidad de las aguas y los profundos mares, la tierra de hermosos paisajes. Aves que increíblemente vuelan en las alturas del cielo en contra del viento; monstruos marinos y una infinidad de criaturas que moran en el fondo del mar; bestias y animales que galopan en el campo. Densa y exuberante vegetación, infinidad de árboles frutales.

Un mundo lleno de colorido y exquisitez. Armónicamente diseñado, cuyos sonidos superan a la más brillante sinfónica: desde el delicado trinar de los pájaros hasta el rugir imponente del león. Desde la suave e imperceptible brisa del mar hasta el golpe y rugido de sus majestuosas olas. Desde la lluvia refrescante hasta el trueno intimidante.

Y esta maravillosa sinfonía llega a su clímax con el sonido aún más espectacular, sublime y apacible; las palabras dulces y amorosas del Dios Creador hacia lo más excelso de su creación, Adán y Eva; quienes ciertamente gozaban de una intimidad espléndida con Su Creador, en la delicia del Huerto del Edén.

“Y vio Dios que era bueno”, “y he aquí que era bueno en gran manera”.  ¡Vio Dios que Su creación era buena en gran manera! A través de Su creación, palpamos la inmensidad del amor de Dios por la obra maestra de Su creación – la humanidad. Tan grande el amor de Dios, que paso a paso, detalle por detalle, precisión tras precisión, fue diseñando y creando el hogar para la humanidad.

Esto nos lleva a comparar de alguna manera con los millones de episodios en el mundo, cuando las parejas de esposos se preparan para recibir a su pequeño bebé.  ¡Cuánta alegría, cuánto gozo, cuánta expectativa! Nueve meses de tanto amor, mucha ilusión y desde luego, mucho trabajo para preparar adecuadamente el cuarto del bebé, su ajuar, colorida y abrigada ropa, sus primeros juguetes, incluso preparación especializada para saber cómo darle de lactar, cómo preparar la comida del bebé conforme vaya creciendo, cómo asearlo y bañarlo, cómo protegerlo de enfermedades, cómo interactuar día a día con el pequeño de modo que el ambiente en el que se desarrolle sea seguro, agradable, saludable y lleno de vida.

Del mismo modo, el Creador del universo, se tomó el tiempo necesario para diseñar con espléndida precisión cada parte del magnificente hogar que regaló al ser humano para que crezca saludable, seguro y lleno de vida. ¡Dios vio que en verdad el hogar creado era bueno y bueno en gran manera!

Como lo expresa Mark DeVine, en su libro, “Shalom Yesterday, Today and Forever: Embracing All Three Dimensions of Creation and Redemption” [Shalom ayer, hoy y siempre: Abrazando las tres dimensiones de la creación y la redención]:

“A Dios sea la gloria por las cosas que Él ha hecho. Y qué es lo que Él ha hecho. Él ha hecho los cielos y la tierra como el hogar adecuado para las criaturas humanas hechas a Su imagen”. (DeVine 2019)

Así mismo Lutero reconoce en su obra “Luther ´s Works” [Las obras de Lutero] que el Creador en verdad es proveedor, sustentador y cuidador de la humanidad:

«Dios creó todas las cosas para preparar una casa y una posada, por así decirlo, para el futuro hombre … luego, después de que todo lo que pertenece a la esencia de una casa está listo, el hombre es traído, por así decirlo, en su posesión para que podamos aprender que la providencia divina para nosotros es mayor que toda nuestra ansiedad y cuidado». (DeVine 2019)

Así, y de acuerdo con el relato bíblico en Génesis, en el día sexto, Dios concluyó su actividad creativa, y la concluyó esencialmente con la creación de Su obra maestra – el ser humano; y en el día séptimo reposó y santificó este día.

“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. (Génesis 2:1-3)

Es claro entonces que el pronunciamiento de Dios después de la creación de la humanidad habla elocuentemente del significado único de la humanidad en comparación con el resto de la creación; señala Devine con precisión. Y añade que solo con la creación de la humanidad y su inclusión dentro del orden creado, puede la creación en su conjunto extraer el superlativo «muy bueno» de parte del Creador. En verdad, esto habla de la singularidad de la humanidad dentro del orden creado, una singularidad que incluye una posición de superioridad y un valor único dentro del universo. Y DeVine enfatiza que no se crea ninguna otra criatura imago dei. Ninguna otra criatura ejerce dominio sobre las formas inferiores de la creación.[1]

[1] Mark DeVine, Shalom Yesterday, Today and Forever: Embracing All Three Dimensions of Creation and Redemption (Eugene, OR: Wipf and Stock, 2019), 709.

Imágenes que atrapan…

«Activistas vendrán y se irán, voces se levantarán y se callarán, gobiernos se congraciarán y otros se opondrán…Pero hay algo que permanecerá y que es inamovible – la naturaleza».

 

Hace un tiempo atrás, viajaba en un taxi con dirección a mi oficina y en medio del pesado tráfico y la mente alborotada con tantos pensamientos al mismo tiempo, de repente fui atrapada por una imagen que nunca olvidaré.

A lo lejos se miraba la dulzura de dos niñas adolescentes, que seguramente a esa hora salieron de su colegio y esperaban el transporte público para retornar a sus casas. Todas coquetas, vestían el uniforme de su colegio, cargaban sus pesadas mochilas y parecía que entablaban un diálogo que sólo ellas eran capaces de entender la profundidad del mismo.

Miradas iban y venían entre las dos y cualquiera que las veía podía darse cuenta que eran dos niñas que habían forjado una gran amistad, una relación estrecha y profunda y que su relación en verdad era incondicional.

En medio del tumulto y pesado tráfico, mi taxi de repente se detuvo de inmediato frente a la alerta del semáforo en rojo, y paralelamente mi mirada también se detuvo con asombro frente a la alerta de la acción seguida de estas muchachas.

Casi no lo podía creer, mi corazón se aceleró y al mismo tiempo, mi corazón se entristeció. Quienes las miraban, seguro pensaron que eran “cómplices”, compañeras de colegio, que se respaldaban en todo, cómplices cuando no cumplían con las tareas, cómplices cuando quizá la una o la otra faltaba, cómplices tal vez cuando copiaban los exámenes. ¡Sí, cómplices! Porque en el par de minutos que el tráfico y el semáforo me detuvieron ligeramente frente a ellas, esos pensamientos son los que provocaron la imagen de estas dos muchachas, la imagen de las chiquilladas que estas niñas con seguridad harían en el colegio.

Pero en verdad, mi corazón se entristeció cuando de repente miré a una de ellas que con tal atrevimiento se acercó aún más a la otra niña y con el perfil de una “conquistadora”, comenzó a acariciarla y besarla. Y claro, la segunda respondió “positivamente” sin reparos, sin pena, ni complicación.

¿Una amistad estrecha? ¿Un compañerismo sincero e incondicional? ¿Una relación pasajera de enamoramiento entre chiquillas? ¡O más bien una alerta tremenda para padres, familias, comunidades!
Seguramente muchos al leer esta historia dirían que “debemos ser tolerantes y respetar el pensamiento y el estilo de vida de los demás”, o “que debemos tener mente abierta, que estamos en otra época”. Lo más tremendo es que incluso padres opinarían de este modo.

Pero si somos honestos y analizamos situaciones como éstas desde el fondo de nuestro corazón; ¿no es extraño, incómodo y hasta repugnante, observar imágenes como éstas – dos pequeñas niñas en calidad de “enamoradas”, o dos muchachos aparentando una relación de “pareja”?

Y no sólo eso, como en mi caso, fue ciertamente doloroso. Sentí una profunda tristeza por aquellas niñas, desde el fondo de mi corazón sentí que hay una profunda confusión en sus vidas. Confusión probablemente generada por carencias en sus vidas. Sí, carencia de amor y cuidado de sus padres, carencia del entorno familiar apropiado que les afirme a cada una de ellas que son unas princesas, unas preciosas niñas con un futuro brillante en el cual despuntarán como hermosas e inteligentes mujeres, llenas de cualidades y virtudes; como estupendas profesionales; pero, especialmente como maravillosas esposas y madres, cuyos hijos serán amamantados, nutridos, protegidos, educados y guiados como sólo una madre abnegada suele hacerlo.

¡Sí, carencias y probablemente pérdidas! Hace algunos años atrás tuve la oportunidad de hacer una investigación con fines académicos sobre las causas principales del homosexualismo y fue al mismo tiempo, sorprendente y triste entender por qué finalmente muchos niños, adolescentes y jóvenes terminan sus vidas confundidos, desviados y estropeados. Entre algunas de las razones se citan:

1. Lazos familiares dañados: ausencia del padre o de la madre, rechazo de la identidad del bebé recién nacido.
2. Falta de identidad de género: relación inadecuada con el padre del mismo sexo.
3. Confusión de roles: Falsa protección del niño o niña, o lo que se conoce como sobreprotección maternal.
4. Abusos: sexual, psicológico, físico, emocional, verbal.

Por tanto, no hay tal, “estoy atrapado en un cuerpo que no es el mío”. Activistas vendrán y se irán, voces se levantarán y se callarán, gobiernos se congraciarán y otros se opondrán a estos grupos como el tan conocido LGTBI. Pero hay algo que permanecerá y que es inamovible – la naturaleza. La propia naturaleza nos enseña que los animales fueron creados machos y hembras. ¡Cuánto más el ser humano! Fuimos creados hombres y mujeres. De modo contrario no hubiésemos llegado a esta era de la historia, sino fuese por la reproducción natural entre un hombre y una mujer. La familia está conformada por un hombre, la cabeza del hogar; y por una mujer, su ayuda idónea; quienes se reproducirán y tendrán hijos e hijas, con quienes extenderán su territorio y serán honrados por las comunidades donde viven.

El Dios, Creador de los cielos y de la tierra, de todo el universo, es quien sabiamente nos creó hombre y mujer. No hay otra manera de reproducirnos, para juntos ensanchar nuestros territorios y gobernar la tierra. Necesitamos la fuerza del hombre guerrero y héroe, su ímpetu para explorar e investigar, su corazón protector y deseo honesto de proveer para su familia. Y sin duda, necesitamos, la belleza y ternura de la mujer, cuyo corazón es confiable, su espíritu abnegado, su inagotable amor por quienes la rodean, y ciertamente su esperanza inmortal.

En la sabiduría de Dios, “creó a los seres humanos a Su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó”. (Génesis 1:27) El propósito original del Señor fue crearnos con un corazón que refleje Sus propios atributos; sin embargo, por causa del pecado, ese corazón ha sido quebrantado y muchos seres humanos que no se han reconciliado con Dios, Su Creador, están lejos de reflejar esos atributos.

Tristemente y sólo como ejemplo, la población LGTBI en Estados Unidos alcanzó el 4.5% (Gallup, 2017). Y en el Reino Unido, el número de lesbianas, gays y bisexuales alcanzó poco más de 1.000.000 (ONS, 2017), y así pudiésemos hablar de tantísimos más ejemplos, pero ése no es el propósito de hoy.
Es más bien, invitarles a tomar un tiempo y meditar en lo profundo de sus corazones sobre tantas vidas destrozadas, sobre tantas vidas apagadas que no obstante fingen todo lo contrario, fortaleza, mucha energía, con un espíritu de lucha incansable por “sus derechos” y que se resisten a toda costa ser “rechazados”.

Y en realidad, ésa es la palabra clave, “rechazo”. Probablemente al interior, en lo muy profundo de su corazón hay heridas tan hondas de rechazo, de abuso, de menosprecio, que necesitan ser sanadas.
Mi invitación, si estamos cerca de muchachos o muchachas, como aquellas niñas de mi historia, en los cuales notamos claramente un espíritu confundido, extendámosle nuestra mano de apoyo para levantarles, seamos esa luz para alumbrarles en medio de las tinieblas y sobre todo brindémosles ese abrazo que tanto necesitan para sentir que son aceptados, que aunque sus más cercanos les han rechazado, Dios, Su Creador está listo para abrazarlos y comenzar a curar sus heridas por más complejas e incurables que parezcan.

“Porque así ha dicho el Señor: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga…Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor”. (Jeremías 30:12,17a)

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